Las nuevas generaciones

Mario Castillejos
en CANCHA


Hasta antes del partido contra Martinica se hablaba muy bien del "Tata" Martino.

La Selección Mexicana rápidamente mostró una agradable y fresca identidad.

Aparte de ganar como lo hicieron todas las ediciones anteriores frente a rivales de poco encaje, ésta nueva edición posee un espíritu resolutivo o enérgico diferente.

Sin duda que la experiencia y personalidad del nuevo

entrenador del equipo nacional ha influido en hacer la diferencia. Sus conceptos jamás los lleva a la estratosfera como lo hacía el astronauta de Juan Carlos Osorio. El "Tata" es congruente de palabra y obra. No inventa cosas y a sus jugadores los invita a recrear el futbol que hacen cada fin de semana en sus respectivos equipos.

Tan pronto llegó y tomó el puesto de entrenador nacional, dio un político manotazo sobre la mesa de frente a los humores de algunas estrellitas.

El arranque de la era de Gerardo Martino en el Tricolor ha sido perfecto en números y estético con la pelota. Pero, ¿es el entrenador la causa del cambio?

El diccionario en línea Merriam-Webster describe a la generación "Y" como la generación del milenio (millennial generation). Dentro de sus rasgos, éstos tuvieron la tecnología del internet fácilmente disponible a una edad temprana.

Son nativos digitales, se caracterizan por dominar la tecnología como una prolongación de su cuerpo, son extremadamente sociales, son mucho más críticos, exigentes y volátiles, no son conformistas, tienen una concepción diferente de lo que significa el éxito y nacieron sin el complejo de las fronteras con instintos netamente globales.

Señores, créanme, esto es lo que hace diferente a los dirigidos por Gerardo Martino con relación a las versiones pasadas en la Selección Nacional.

De Claudio Suárez a Héctor Moreno o Edson Álvarez, de Carlos Salcido a Salcedo, de Luis Pérez a Charly Rodríguez, del Francisco Javier "Maza" Rodríguez a César Montes, de Rafael "Chiquis" García a Jesús Gallardo, de Ramón Morales a Roberto Alvarado, de Jesús Arellano a Rodolfo Pizarro o Uriel Antuna y de Jared Borgetti a Raúl Jiménez.

La diferencia entre ellos la podríamos ejemplificar como lo que pasó de Blockbuster a Netflix, del taxi a Uber, del teléfono móvil al iPhone o de la PC a la tablet. Cada una de estas útiles, geniales y vanguardistas en su momento, pero sustituidas por el progreso.

Para desgracia, el cambio generacional también lo viven la Selección inglesa, holandesa y hasta la misma Martinica, que hoy es muy diferente a la pasada, ¿no cree usted?

PD: Todo está continuamente en evolución.

Lo escrito, escrito está.

 
Twitter: @castillejos_m