El Santo Padre, el San Lorenzo... y el Rey de la TV

MUNDO DE PELOTA / Homero Fernández
en CANCHA


Cuando circularon las fotos por el mundo todos vieron al Papa Francisco sostener una playera del equipo de sus amores. Era el uniforme de San Lorenzo, que se había consagrado campeón del futbol argentino unos días antes.

Entre los hombres sonrientes que le llevaron la copa y hasta los guantes del portero, aparecía uno que es otra de las figuras más renombradas de Argentina. Se llama

Marcelo Tinelli y es tan poderoso que se da el lujo de tener a su abogado como presidente del equipo (él es el vice) y fletar un avión para llevarse a la pequeña delegación a Roma. Siempre ha sido un fanático "cuervo", pero desde que llegó Francisco a la Santa Sede y trascendió su amor azulgrana, Tinelli y compañía no han perdido la oportunidad de asociar internacionalmente la marca del club con el Papa. Dicen que planean poner una réplica del Papamóvil pintado de azul y rojo cerca de la plaza de San Pedro para vender camisetas y hasta diplomas con la figura papal.

San Lorenzo es, después de Boca y River, el equipo que más playeras vende en Argentina. Ampliar los derechos mundiales con la firma Lotto que las fabrica fue el primer paso de la internacionalización.

Tinelli comenzó su carrera como periodista deportivo en una radio de Buenos Aires y desde mediados de los 90, con su programa Videomatch, se transformó en el rey de la televisión.

Tiene una productora de programas que vale millones de dólares y es presentador y dueño de los derechos de la saga de concursos Bailando por un Sueño, Cantando por un Sueño y Patinando por un Sueño, entre otros. Por ello la farándula argentina está pendiente (y dependiente) de un llamado de su oficina, porque estar con Tinelli es figurar.

En sus 23 años de carrera lo han asociado indistintamente con el poder presidencial. "Sería tonto negar que lo que ocurre en un programa mío tiene repercusión, pero de ninguna manera me quiero atar a eso y pensar ¡Uy, cuánto poder que tengo!", dijo en una entrevista.

Desde hace unos meses, por ejemplo, es la imagen de las gasolineras Oil (antes Petrobras) que pertenecen a un supuesto prestanombres de la familia Kichner.

Su influencia ha sido tal que ha sido acusado de ser un manipulador de audiencias y de llevar a la TV contenidos paupérrimos, lo que sus críticos han bautizado "tinellización".

Con 53 años, espera la llegada de su quinto hijo a quien llamará Lorenzo en honor a su club. Su primogénito Francisco le ha pedido conquistar la Copa Libertadores, que nunca han ganado pese a ser el primer equipo argentino en disputarla en 1960.

En su visita a Roma, Martín Lammens, presidente de los "santos", apuntaló sus aspiraciones : "Ahora el celular de Dios lo tenemos nosotros".

¿Lo atenderá aunque sea Tinelli quien le llame?

 
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