Del fracaso al éxito

José Ramón Fernández
en CANCHA


Señoras y señores, termina el 2013, que para el deporte tuvo momentos de gloria, espectaculares e inigualables.

Concretamente el caso del Bayern Munich, que jugó un futbol implacable, dirigidos por Jupp Heynckes, un técnico que se ha retirado ganando todo: Copa, Liga y Champions, y siendo la base de la Selección alemana, que va a intentar jugar un Mundial a tope en

Brasil.

Histórico lo que ha hecho el Bayern, que después contrató a Guardiola para remodelar un poco al equipo si hacía falta, y lo está haciendo.

En contraste, nos encontramos con lo difícil que fue para México clasificar a una Copa del Mundo. Pasó de lo ridículo a lo más espantoso. De ser de oro de Concacaf a ir a una Repesca milagrosa porque el rival no existía.

Pero queda la mancha de la Eliminatoria, y un proceso irregular, mal manejado, con decisiones desacertadas; con falta de temperamento para decidir el momento clave en el cual se debe ir un entrenador o no.

LA FIFA, insisto, es demasiado benévola al otorgar cuatro boletos a un área como Concacaf. Estados Unidos lo hizo bien, Costa Rica también; Honduras se lo ganó a México y Estados Unidos lo salvó, lo que son las cosas.

Por otro lado, una ventisca limpia, inmaculada, con el juego de León, que es un equipo bien dirigido y digno campeón del futbol mexicano.

Muy diferente al gran fracaso del "Chepo" De la Torre, que como siempre sucede en México, la transparencia no existe y con el "Chepo" jamás estuvimos enterados de cuál fue su proceso, su realidad, porque es muy fácil decir en México: "Me corrieron, cobro y adiós". Y cobran bien, muy bien diría yo.

Y hay algunos que con ese fracaso están muy bien acomodados en equipos de Primera División sin ningún problema, sin la necesidad más que de acudir con su promotor y listo. Y el futbol mexicano no se renueva, no tiene entrenadores diferentes, de más calidad, con mayor estudio y mayor capacidad, con más preparación para desarrollar el futbol que merece el aficionado que va a los estadios.

Y hay que mirar, después de este fracaso, a un atleta que se vino abajo en Wimbledon, se lesionó dramáticamente de una rodilla y parecía que ahí se acababa; sin embargo, regresó, y regresó para ser el número uno. No es fácil lo que hizo el tenista Rafael Nadal.

Esa es la muestra de un atleta que lo quiere todo y que desea ganar todo, pues a pesar de su lesión ganó 10 títulos. La constancia, la capacidad, el profesionalismo, todo reunido en un tenista, ejemplo de ejemplos.

Esperemos que el futbol mexicano y la Selección se midan en ejemplos como esos, de combatividad, disciplina y capacidad humana y deportiva para lograr lo que hace Nadal.

 
 
jrfernandez@elnorte.com