En el futbol se pasa de "inocente" a "culpable" en menos de 90 minutos.
Cuando empezaba a circular en las redes sociales la sentencia: "#TuTiempoTerminóSalvador", el Monterrey personificó, al pie de la letra, aquel futbol que un día lo encumbró como el mejor equipo del futbol mexicano y, en la cancha del estadio Marrakech, humilló -como a muchos se nos había olvidado que lo podían hacer-
al Al Ahly, de Egipto.
Para los que permanentemente buscan al culpable, siempre será un blanco fácil de señalar el personaje con más bajo carisma en la institución.
Pero lo que ahora agrava este recurrente fenómeno es el cúmulo de impopulares decisiones en las que ha caído el presidente de Rayados en los últimos meses, donde todas, sin excepción, han sido contrarias a lo que su afición demanda.
En resumidas cuentas, podemos detectar que los aficionados al Monterrey hoy acusan a Luis Miguel Salvador de los siguientes ocho delitos:
1. De no tener ese olfato que hubiera impedido la salida de Dorlan Pabón y Jesús Corona.
2. De correr a Vucetich cuando aún la tribuna lo quería seguir apoyando.
3. De comprar a un joven ecuatoriano en formación (Marlon de Jesús) cuando lo que demandaban eran una figura con el estatus del fugado Pabón.
4. De sustituir al "Rey Midas" con el cartel del "Profe" Cruz.
5. De comprar a otros dos extranjeros como Wilson Morelo y Víctor Ramos, sin ser figuras en sus Ligas ni jugadores de selección.
6. De no incorporar a un nuevo contención de oficio.
7. De no dar de baja a algún jugador que fue parte de la suma de 23 puntos o menos a lo largo de los últimos tres torneos.
8. De no contar como asesor con el ex presidente Jorge Urdiales.
En defensa de Luis Miguel, yo sólo puedo aportar la siguiente interrogante: ¿todas y cada una de estas decisiones fueron tomadas única y exclusivamente por Salvador?
Por lo pronto, el futbol le da 17 jornadas y hasta ocho jugadores no nacidos en México para demostrar que su plan funciona.
Aunque llegará el día que Salvador entenderá que ahorrarle uno, dos o cinco millones a su club nunca fue determinante para mantener el puesto, sino el hecho de contratar jugadores que produzcan como cracks. ¿No cree usted?
PD: "El loco no fue el culpable, sino quien le dio el sable". (Anónimo).
Lo escrito, escrito está.
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