Siempre que un luchador fallece es una desgracia, pero es aún más dolorosa cuando lo hace sobre el ring, como sucedió el pasado 11 de mayo en Londres, cuando tristemente Silver King pasó a mejor vida.
Surgieron interrogantes y comparaciones en torno a este suceso, hubo muchas críticas; aquí les dejo mi humilde opinión luego de hablar con gente que estuvo en la función, leer a la prensa
inglesa y analizar el video.
De entrada es una situación muy diferente a lo sucedido con El Hijo del Perro Aguayo, aquí no hubo golpe que pudiera atenderse, fue un infarto fulminante, pudo estar un doctor junto a él y no era seguro que lo salvara.
Hasta ahora, las autoridades inglesas no han comentado ningún tipo de anomalía en la función, antes de la misma se hace una revisión exhaustiva de las condiciones en las que se realiza y fue superada.
Y en el caso de médicos y servicios de emergencia, no hay una obligación de que estén ahí sino que tengan un protocolo de llegada eficiente y claro.
Eso lo puedo entender, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que los propios luchadores, conociendo los riesgos que se corren en su profesión, no exijan la presencia de al menos un doctor en la función, se realice aquí, en China, en Londres o en cualquier lugar del mundo un médico debe ser obligatorio porque son vidas las que están en juego.
A Silver King lo conocí desde su época en El Toreo, cuando estaba en las primeras luchas, allá por 1989, poco a poco vino subiendo, hasta llegar el momento en que las crónicas hablaban de la lucha estelar pero siempre decían que la mejor batalla había sido la especial en la que Los Cowboys se midieron a cualquiera.
César era un toro y El Texano otro tanto, eran los técnicos más rudos de aquel entonces, esa era su química con la gente, no eran los consentidos dejados que sufrían, si les daban un golpe ellos regresaban dos y eso le encantaba a la afición.
Llegó el pique de Texano y Silver con Los Canam Express y ahí tocaron la gloria, el reconocimiento como la mejor pareja de aquel entonces era unánime.
Recuerdo que en Arena les hicimos una portada con Itati Cantoral y ellos se sentían realizados porque venían de una gira por Japón, en la que triunfaron rotundamente, y el reconocimiento en México por fin les llegaba.
Años después arribaron al CMLL y El Dandy se les unió para formar el trío de Los Efectivos, que también marcó época en la Seria y Estable.
Después vino el camino en solitario, exitoso por momentos y en otros no tanto.
Fue entonces cuando decidió probar personajes como Black Tiger, Bronco e incluso Ramses, tras su participación en la película Nacho Libre en 2006, para posteriormente retomar el de Silver King e incluso volverse a enmascarar.
César era un torbellino en en el ring, era agilidad, llaveo, entrega, carisma y capacidad.
En un momento tenía al público de su lado y con una sola frase podía hacer que lo odiaran.
Su partida, tan dolorosa como inesperada, deja un gran dolor; ojalá que también deje una gran lección y los gladiadores luchen más por su seguridad.
Hasta siempre César.