Cosas que saltan a la vista de los finalistas

Javier Alarcón
en CANCHA


Es muy difícil que no veamos dos juegos intensos y espectaculares en la Final. Hay factores de sobra para anticiparlo.

León sabe que su cancha es un infierno para los rivales y que el Azteca lo es también para cualquiera; es previsible que el jueves el León salga a atacar frontal y velozmente, corriendo los riesgos propios de quien quiere hacer pesar su cancha.

Si León logra

controlar la pelota y someter territorialmente de inicio al América, la clave estará en la puntería y en Rubens Sambueza para responder con espacio del lado capitalino. Ese mismo que fue tan cuestionado por muchos por no tener el "peso", es hoy para el que escribe, el hombre clave en las aspiraciones americanistas.

América tratará de blindarse emocionalmente para que no le pese el Nou Camp, tarea que parece posible dada la experiencia y autoestima que vive el cuadro americanista con el liderazgo muy temperamental pero también racional de Miguel Herrera.

Gustavo Matosas ha hecho un trabajo estupendo, es obvio decirlo, pero sí resulta oportuno recordar que le ha ganado a esas loas. Es un tipo, como Herrera, que explica con claridad los conceptos de su equipo, establece las referencias tácticas, todo mundo tiene claro qué debe hacer en el campo. Y lo más importante, gana lo juegos por ambicionarlo, no por esperar las fallas del rival.

Es cierto que el León ataca mejor de lo que defiende, pero en una instancia de estas, todo se vuelve relativo. América lleva ventaja en la portería, el sitio con más nervio en el campo, pero de eso a que haya consecuencias, hay camino por recorrer.

Britos y Burbano son una amenaza por su movilidad, velocidad y desequilibrio; nunca son blanco fijo para los adversarios y en ellos está gran parte de la responsabilidad para los arribos de Boselli. Del otro lado, en el ancho de la cancha, veremos las kilométricas carreras de Aguilar y Layún, un par que por los costados da profundidad sin descuidar la marca, pero principalmente facilitan los movimientos del resto del ataque por el centro.

Será un duelo muy cerrado en medio campo, muy tenso a la hora de recuperar la pelota e intentar dar salida a los atacantes. Ahí también las cosas están muy equilibradas pero Peña vive un gran momento del lado leonés.

No está en la esencia de ninguno el caer en la especulación. No saben, no pueden. Estamos frente a dos juegos sin favorito. Ganará el que se equivoque menos, no tanto el que acierte más. Parece que una eventualidad puede ser la que marque condiciones de inferioridad. Veremos.

 
 
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