Se dice y se comenta que nuestra Selección juega mejor contra los "grandes" que contra los "chicos". No lo sé. Todo esto luego de saber ya con certeza los rivales que deberá enfrentar nuestro equipo en el Mundial de Brasil 2014.
Modificar el circulo vicioso de quedar siempre a un paso del resultado ha sido un proceso largo y sinuoso. Ya cuando en categorías inferiores se habían conseguido
resultados exitosos, se volvía atrás con la Selección Mayor.
No sabíamos cómo mantener ese paso de calidad triunfadora y retomábamos ese pasito cansino y penoso que echaba atrás todo lo caminado.
México, como país, es igual. No podemos olvidar de dónde venimos y cómo hemos logrado avanzar, de a poco, en cuestiones de bien común, siempre lo logrado regresa al principio.
Muchas veces les he presentado casos de países que han dado el salto de calidad y que ahora son líderes mundiales en el deporte, no solo en futbol. El más renombrado es el de España, un país que se mantuvo en el "ya merito" durante casi 50 años y hasta hace poco logró el brinco de calidad.
Desde los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, las maneras y conceptos de educación y fomento deportivo cambiaron en ese país. Los presupuestos para el deporte y, sobre todo, la capacitación de los maestros dieron un giro histórico.
Se copió lo que se tenía que copiar a las grandes potencias y se obligó a los ya capacitados a entregar sus conocimientos a una nueva generación de atletas; ésta, creció con conocimientos de alimentación y educación deportiva, algo en lo que nosotros estamos a años luz de distancia.
Un país es grande en el deporte como lo son sus entrenadores, así de simple. Las condiciones atléticas y niveles de talento natural en México son semejantes a los recién mencionados, no así su calidad de alimentación y sus conocimientos de la ciencia del deporte.
Existen casos aislados, pero nunca producto de un concepto de deporte federado. Sabemos de nuestros rivales en la Copa del Mundo, conocemos la magia del brasileño, las condiciones fisco-atléticas del camerunés y la combatividad de los pueblos balcánicos. Nosotros, ¿qué podríamos poner como referencia?
Somos un país que siempre se ha crecido ante la adversidad, que sabe competir con pocos elementos ante el desastre y siempre apelamos al "sí se puede". Contamos con casi todas las cualidades y características físicas para ser de primer mundo en el futbol, pero -siempre hay un "pero"- no tenemos la cultura del triunfo como resultado de lo bien trabajado y bien programado.
Seguimos siendo un país conquistado en muchos aspectos y siempre apelamos a conseguir el triunfo como lo hizo David contra Goliat. Me encantaría, un día, saber que se siente ser Goliat.
@juagadaviril
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