Perdió con León y de fea forma. Fue exhibido. Le metieron tres en aquella Jornada 6 y no hizo un solo gol. También cayó una semana después ante Pumas. Después se repuso frente a Lobos por goleada, pero volvió a sufrir ante Monarcas donde apenas sacó el empate con mucho drama.
Frente a Necaxa, América evidenció que no ha encontrado su mejor versión. El equipo de Miguel Herrera está en
crisis. Sí. Siendo América, un grande como América, con inversión constante, no puede deambular fuera de zona de calificación y no puede perder tres duelos y ganar uno en cinco juegos disputados.
Las individualidades que en muchos partidos le maquillaron al estratega la falta de un estilo, cuando no aparecen y no resuelven, cuando salen en una mala noche, todo en América se derrumba ante la ausencia de una propuesta colectiva convincente.
SU CLÁSICO
En tierras donde el joven enamorado antes de preguntarle a la chica de sus sueños por sus hobbies, le cuestiona si es Rayada o Tigre y donde antes de prender el calentador se enciende el carbón, llega el momento esperado del semestre: el Clásico Regio.
Todos hipnotizados, seducidos y enloquecidos por su juego tan pasional y de envidiable arraigo. Y cómo no, si frente a ellos tienen el más suculento y extenso de los manjares. Muchos de los mejores ingredientes de la Liga MX estarán sobre la mesa. (Espero se recupere Gignac). Calidad gourmet para paladares delicados y conocedores. Invicto vs súper líder. Ecléctica y suculenta combinación.
Lamento que haya aficionados en el resto del país que en lugar de deleitarse con la constelación de estrellas que este Clásico ofrece, intenten minimizarlo y menospreciarlo diciendo que es un juego más.
Para cualquiera que se diga amante del futbol, independientemente de los colores que profese, el Clásico Regio es una materia obligada que debe estudiarse.
Para quienes se mofan de los regios que aman su Clásico porque no tiene impacto nacional, debo decirles que a los aficionados de San Nicolás de los Garza, San Pedro, Monterrey, Apodaca, Cadereyta, Doctor González, General Treviño, Santa Catarina y alrededores, no les importa y tampoco les duele si hay o no reconocimiento a lo largo y ancho de México.
Los regios disfrutan de sus montañas, de su clima, de sus cuatro estaciones en un solo día, de su industria, de su carnes asadas, de sus bebidas y botanas locales. No andan gritando a los cuatro vientos que vayan al "Uni", al "Gigante de Acero" o que los visiten para comer cabrito. Nunca los he escuchado decir que serán infelices si nadie va y les consume. Ahí, todo es de ellos y para ellos. Tal como sucede con su Clásico Regio. Quien lo quiera disfrutar, invitado está. Si no, no pasa nada. Los regios les sonreirán igual.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO
