En el futbol de alto rendimiento la exigencia es cada vez mayor.
Incluso si eres Lionel Messi, con esas inigualables condiciones, lograrás muy poco si no asumes cabalmente el compromiso de ser futbolista profesional de 24 horas diarias y 365 días al año; en cada balón que juegas y cada minuto que vives.
Y lo mismo se aplica en casos como los de Cristiano Ronaldo, Luis Suárez, Eden
Hazard, Antoine Griezmann, Sergio Ramos, Kylian Mbappé... o Hirving Lozano. Para brillar a las respectivas alturas, el nivel de profesionalismo tiene que llegar lo más arriba posible.
Tanto en el futbol como en otros deportes, incluso cuando compites con jugadores mejor dotados para hacer lo que hacen, tu total entrega puede permitirte oponerles cabal resistencia, como en el ámbito del tenis claramente lo ha demostrado David Ferrer, ya en su proceso de retiro después de una larga y ejemplar carrera como tenista profesional de la más alta competencia.
Así como en el excepcional caso de este grandioso tenista español, ¿qué decir de jugadores como Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Dokovi?, incomparables como ejemplos no sólo por sus inusitadas cualidades como tenistas, sino también en ese sentido del compromiso asumido?
Y si volteamos la vista a otros deportes, en la actualidad nos encontramos con casos como los de Tom Brady o LeBron James, otros inconmensurables deportistas cuyo nivel de excelencia sólo puede alcanzarse y sostenerse -más allá del correspondiente talento y las capacidades físicas y técnicas- con una enorme dosis de profesionalismo.
Nada fácil, por supuesto, resulta dar esos sustanciales saltos de calidad y de compromiso, tratándose, como se trata, de meras actividades lúdicas: juegas porque te encanta jugar, pero después el juego se convierte en algo mucho más serio.
El secreto está, entre otros lugares, en la capacidad para seguir divirtiéndote con lo que haces, pero sin soslayar los sacrificios que debes realizar para hacerlo mejor.
Dime cómo juegas, qué tan comprometido estás con el juego... y te diré hasta dónde podrías llegar.
Twitter: @rgomezjunco
