CALIF. 5.5
En un juego que resultó arbitrable, dado que los locales sólo cometen cinco infracciones, una en el primer tiempo y cuatro en el segundo, y los laguneros 13 en total, siendo sólo dos de ellas en el complemento, el silbante Ricardo Arellano no quiso usar la tarjetas en faltas flagrantes como la de Gerardo Espinosa al 58', que plancha por detrás en el tendón de Aquiles a
Darwin Quintero; o la de Juan Pablo Rodríguez al 67', cuando pisa a Diego de la Torre, así como al referido Quintero, que se desquita al 86'.
Pero lo más grave se suscita al 32', cuando Felipe Baloy llega tarde con la rodilla levantada sobre Luis Loroña tras despejar el balón y como tal merecía la expulsión. Pudieran premiarlo porque no uso ninguna roja, pero ahí quedan esas acciones.