San Cadilla
en CANCHA


Con estos amigos...

 
Hace unos días se armó tremendo revuelo cuando por ahí se publicó cierta información que decía que varios ex jugadores del América se habían visto beneficiados en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto con permisos para operar gasolineras en Veracruz y en el Estado de México.

Como mi pecho no es bodega y esta historia no me resulta nada

desconocida, pues les voy a contar cómo fue la cosa en lo que respecta a las estaciones de servicio en Veracruz y cuál fue el desenlace de la historia, que no es nada bello...

Ahí tienen que el papá de José Antonio "Gringo" Castro, aquel defensa delgadillo de pelo ensortijado, fue a quien se le ocurrió hace varios años invertir en varias gasolinerías en Veracruz luego de que algunos amigos cercanos al señor le ofrecieron estos negocios en el puerto jarocho quesque porque sus cuates allá tenían muchas influencias para armar el "bisne".

Cómo se necesitaba una fuerte cantidad de lana para arrancarlo y el señor Castro no quería vaciar las cuentas de su vástago, ahí fue donde se le ocurrió la genial idea de invitar a varios amigos y compañeros de su hijo para ver quién se animaba a entrarle al negocio.

El ñor les ofreció a los americanistas muy buenos rendimientos mensuales y, sobre todo, la seguridad de que su dinero iba a estar bien invertido. Varios azulcremas como Memo Ochoa, Carlos Sánchez, Duilio Davino, Chuy Mendoza y Germán Villa no dudaron de la palabra del señor Castro, quien siempre había sido un hombre de trabajo y que además entregaba buenas cuentas y pues le apoquinaron con su respectiva parte para montar las gasolinerías en el puerto jarocho.

Desafortunadamente para ellos, pues ya sabemos que en Veracruz los gobiernos no se caracterizan por ser derechos y con los cambios de partidos en el poder por aquellos lares, la galopante corrupción no tardó en caerles encima y los moches que les pedían a los encargados de las gasolinerías para dejarlos trabajar en paz se empezaron a hacer más grandes y constantes al grado que, así como se los cuento, el negocio se fue a la fregada.

Me contaron que de buenas a primeras, los ex jugadores del Ame dejaron de recibir su mensualidad y que el negocio de plano se tuvo que cerrar hace más de 3 años... Las pérdidas, como podrán imaginarse, fueron abominables; el papá del "Gringo" Castro les dijo que ya no había ganancia y en algunos casos dicen... diiicen que ni siquiera les devolvió el dinero de la inversión inicial.

 
 
Pero hay de amigos a amigos...

 
Pero dentro de todo, por lo menos el señor Castro les dio la cara y no les sucedió como con Carlos Infante, aquel mediocre jugador también del Ame, que en su momento invitó a sus colegas azulcremas a un par de negocios pero que, a diferencia del papá del "Gringo", en cuanto vio que la nave se le hundía, se fue por piernas llevándose la lana de varios americanistas; con decirles que el papá de Memo Ochoa de plano estuvo a punto de llegar a los golpes con Infante, quien cuentan que se fue a esconder a Miami para no pagarle a sus ex compañeros la lana que les debía.

De todo este embrollo me queda claro que si hubo algo chueco para beneficiarse de las relaciones con los gobiernos de Peña o de quien fuera, pues acabaron pagándola y gacho... Se vale pensar en el karma...

 
 
Barristas en campaña
 
 
Los grupos quesque de animación que se hacen llamar barras y que más bien son grupúsculos de cabecillas que controlan unos bisnes bien grandes que los clubes les dejan hacer con tal de mantener en el corral a sus respectivas manadas de fanáticos, quieren dar de qué hablar otra vez.

Y es que me contaron que varios de los líderes de estas sociedades mercantiles disfrazadas de porras, se pusieron a reflexionar sobre la prácticamente nula relación que tuvieron durante años con Decio de María, cuando el señor del bigote era Secretario General y más tarde Presidente de la Federación Mexicana de Futbol, lo cual tuvo como consecuencia que las barras perdieran ciertos privilegios, como meter sus sacrosantos trapos y los bombos a los estadios, por citar alguno.

Los angelitos barristas recuerdan que varias veces trataron de sentarse a hablar con Decio, pero que éste fue más escurridizo que Leo Messi cuando juega ante el Getafe.

Pero como los tiempos han cambiado y Decio ya no está en el mapa del futbol mexicano (se supone), pues dejen les platico que mi judas barrista (que seguro ya se enojó por como he definido a esos grupitos) me contó que las barras quieren revivir su evento supremo, el "Congreso de Barras", con la intención, según ellos, de devolverle el sabor a las gradas del futbol mexicano (ajá, sí), y pues necesitan algún tipo de validación de las autoridades pamboleras del País y por eso pretenden buscar un acercamiento con Yon de Luisa, el mandamás en turno.

La cosa extraña es que los señores de las barras andan bien animados viendo la forma de arreglar una junta con Yon y como que nadie les ha dicho que la puerta que tienen que tocar es la de Enrique Bonilla, quien se supooone que es el que mueve los hilos de la Liga MX.

¿O será que los líderes de las barras piensan que donde manda Yon de Luisa no gobierna marinero?

 
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