El desastre nacional, y nada más

José Ramón Fernández
en CANCHA


Señoras y señores, qué cosas tan increíbles pasan en el futbol.

Después de la clasificación horrorosa (se tiene que ir hasta Nueva Zelanda a jugar con un futbol que casi no existe, le pusieron ganas los chicos, pero nada más), venía platicando con uno de ellos, Marco Rojas, que tenía que incorporarse al Stuttgart, y dice que entrenó dos veces con su Selección en todo el previo, imagínese

qué clase de equipo enfrentó México.

Pero bueno, ya pasó, ya calificó, ya todo es felicidad, pero el futbol mexicano tiene que cambiar. Alguien debe ser inteligente y decir: "Señores, no nos puede pasar esto".

Un futbol que según sus directivos es organizado, profesional, que invierte dinero en equipos, en clubes, en estadios; que tienen buena afición que pronto olvida los errores y fracasos. Pero ese público lo que quiere es divertirse. Y los medios lo único que quieren es transmitir porque eso es lo que hacen. Y un grupo de jugadores, modestos muchos de ellos, con un técnico que le cayó, como en una piñata, la mayor cantidad de dulces directo a su bolsillo y a su equipo.

Al final se decidió porque Miguel Herrera fuera el técnico de la Selección porque es el campeón del futbol mexicano y pronto dijo: "Me llevo a todos los que conozco". Con eso, más que suficiente, logró la calificación. No había rival, si quizá nos hubiera tocado con un rival de Asia o con Uruguay las cosas hubieran pintado diferentes.

Ojalá que en la famosa junta de los dueños haya cambios, que digan: "señores, Justino vende mucho, sí, pero ya, ya no puede". El futbol mexicano no puede tener esa clase de directivos que no sirven para nada, que aglutinan fuerzas en torno a la Selección. Que el "Chepo" diga en qué se está fallando y porqué se fracasó en el proceso inicial y porqué llegamos a la última instancia.

Viene el sorteo, a ver qué nos toca. Seguramente algún europeo o un africano y un sudamericano. Pero en seis meses no se va a arreglar el futbol mexicano, ni se va a tener una Selección altamente competitiva. En seis meses iremos al Mundial como invitados porque la FIFA hace muy mal las cosas en las Reclasificaciones. Qué diferencia el Portugal-Suecia y el México-Nueva Zelanda.

Mientras la organización de la Selección y de los jugadores siga en manos de quienes está el futbol, seguiremos cuesta abajo.

Por ahora, se irá a Brasil, nada más, a cumplir.

 
 
jrfernandez@reforma.com