Estoy cansado. Nada cambia, nada mejora. El arbitraje y todo lo que el VAR conlleva sigue siendo un verdadero caos. Los que tienen el monitoreo están arbitrando y tomando decisiones que le corresponderían única y exclusivamente al árbitro central. Los del VAR se aprovechan de la indecisión de muchos jueces centrales que aparecen en la palestra.
Hasta hace no mucho tiempo, el error -por
grave o mínimo que fuera- era de una sola persona. Hoy, las culpas se reparten como balas expansivas. Van para todos lados y nadie se responsabiliza. Nadie sabe por dónde entró y por dónde salió el impacto.
Todo indica que no hay manera de encontrar una solución inmediata. La presión sigue y seguirá creciendo mientras continúen exhibiéndose como lo han hecho en las recientes jornadas.
Y ojo, la televisión y la tecnología no son quien los desnuda. Son ellos mismos los que se despojan de sus prendas con las inconsistencias en la toma de decisiones. ¿Verdad Adonai Escobedo, Diego Montaño y Óscar Macías Romo?
Huele a guerra interna, a enojo y desesperación en la Comisión de Arbitraje.
INNECESARIO
Entiendo que Bruno Marioni sabe que se juega su puesto semana a semana. Que ama los colores de Pumas y que siente la camiseta universitaria, pero no debe celebrar un empate cual barrabrava de tribuna caliente.
Ya no es más un jugador que tras la igualada agónica, se puede despojar de la camiseta para irse a colgar del alambrado. Hoy es un director técnico que debe mostrar mesura en la victoria y humildad en la derrota.
Estrategas de ese corte ya tenemos uno en el medio. Dirige al América. Y ya sabemos que sus incontenibles reacciones, muchas de ellas mal encauzadas, terminan oliendo a pólvora, castigo y escándalo.
Pumas es 16 de la tabla general. No hay nada que celebrar. Aunque se haya jugado con 10 hombres y por más que enfrente haya estado un rival poderoso y bien armado, embriagarse de júbilo por un empate puede generar un confuso mensaje al plantel que si algo necesita es autocrítica.
'OJITOS'
Cayó el tercer técnico en apenas cinco jornadas. Luego de los ceses de Paco Ayestarán y David Patiño, Enrique Meza dejó de ser el entrenador del Puebla.
A diferencia de los dos primeros casos, en La Franja el principal problema no era la cabeza, sino la conformación del plantel y los bajos niveles de calidad de sus principales jugadores. Pero a ellos nunca se les toca.
Chumacero no es ni la sombra del que deslumbró en el primer torneo. Vikonis irregular en la portería. Cavallini lejos de su promedio y Acuña perdido.
Se salvan si acaso, Angulo y Loroña.
Y ya cuando los dos laterales son tus mejores armas, es porque el equipo está más confundido y perdido que los hombres que pitan partidos y visten de negro.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO
