Mucha gente daría por un hecho la continuidad de Miguel Herrera al frente de la Selección.
Sin embargo algunos directivos, entre ellos Alejandro Rodríguez, de los Tigres, hicieron una propuesta antes del inicio del partido: que el 6 de diciembre la FMF propusiera tres candidatos para dirigir al Tri en la Copa del Mundo.
Esto quiere decir que Herrera no está seguro, por lo menos
para algunos. Sorpresa.
A Herrera por supuesto que se le debe un detalle de cortesía y agradecimiento. Salvó a la Selección en una circunstancia que implicaba un riesgo para él y el equipo que dirige con aspiraciones de ser bicampeón.
Es cierto que no por agradecimiento se debe ratificar a un técnico para un Mundial. Debería implicar la aparición de un plan de trabajo lo más detallado posible con las condiciones del aspirante.
Esto quiere decir que no únicamente la respuesta consiste en saber qué opinan los directivos sobre Herrera sino también qué pretendería él para que le garantizaran un proceso lo más tranquilo posible.
De acuerdo con lo que ha sucedido en anteriores vísperas de Copas del Mundo, durante el año que México tiene de entre ocho y 10 partidos. Los rivales han sido de lo más variado y se consigue lo mejor disponible en el calendario.
Parece muy importante la presencia del técnico en el sorteo de la Copa del Mundo, pero como el América está en Liguilla y Herrera no está confirmado, es probable que los directivos vayan solos al sorteo del 6 diciembre.
Eso sería tan impráctico como ir a una boda sin pareja y bailar con una prima.
Todos los adelantos que se puedan hacer en cuanto a relaciones, elaboración de calendario de amistosos y rivales caerían por tierra o por lo menos no contarían con el visto bueno del seleccionador, que es a fin de cuentas el más importante.
Lo sucedido con la Selección en el 2013 implica responder una serie de preguntas que no quedan totalmente clarificadas por la clasificación frente a un rival que no por débil implicaba la posibilidad de fracasar.
Entendiendo la facilidad con que se logró esta eliminatoria y la mejoría que tuvo un equipo con una inercia colectiva y ganadora.
Miguel Herrera además de agradecido debería ser exigente.
No se trata únicamente, y perdón por la insistencia, de que los directivos lo quieran a él, sino que él pueda tener sustento de la mejor manera posible en la tarea que podrían encomendarle.
Que Dios ilumine a los directivos. Es algo que se vuelve a pedir con más devoción que nunca.
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