Repatriación y exportación

Carlos 'Warrior' Guerrero
en CANCHA


Independientemente de las circunstancias, razones y momentos futbolísticos de Carlos Salcedo y Miguel Layún, no deja de generar ruido el debate sobre la repatriación de jugadores.

La exportación en este mercado invernal se redujo sólo a Diego Lainez. Es para lo que alcanzó. Nadie más se fue. Víctor Guzmán y Erick Aguirre siguen en Pachuca, Roberto Alvarado en Cruz Azul y Edson Álvarez en

América, por citar algunos casos.

Salcedo ya está con Tigres y Layún con Rayados. Vecinos que en su sana competencia e involuntaria guerra de egos, no ceden terreno en su lucha por tener al mejor equipo del país. Conscientes de la inversión de Cruz Azul y ahora hasta del Toluca, vuelven a enchufar la máquina contadora de billetes para seguir comprando sin importar qué tan retacados estén sus guardarropas.

Si tienen con qué, hacen bien. Sus fichajes son además de golpes mediáticos, adquisiciones con el objetivo de alcanzar el título. No lo hacen por despilfarrar. Nadie en su sano juicio que controle un negocio lo va a hacer por el placer de gastar.

Y no caigamos en el estéril pensamiento de: "qué daño le hacen a la Selección Mexicana regresando jugadores de Europa". Señores, los clubes están para contender por un título y no para forjar el destino de un combinado nacional.

Mientras la estructura, la visión y los lineamientos de la FMF no digan lo contrario, equipos como Tigres, América, Toluca, Rayados y Cruz Azul, tienen el derecho de invertir como mejor les convenga. Acá nadie vendrá a darles la mano en agradecimiento por "jugársela" con juveniles de 20 años o por colaborar con el futuro inmediato de la Selección Mexicana.

(Y tampoco la grada les va a permitir se conviertan en clubes formadores).

Sobre los regresos, Salcedo tendrá cabida y minutos. Está en mucho mejor forma, es más joven y a Tigres sí le falta un alto jerarca en la zona defensiva.

A Layún le costará más trabajo. Siendo sinceros, Rayados no lo necesitaba. Pero tampoco sobrará. Con la mentalidad que le caracteriza tiene para pelear por un lugar en el once y para trascender.

El problema es dónde jugará. ¿En lugar de Vangioni o de Stefan Medina? ¿En el sitio de Gallardo o de Dorlan? Diego Alonso tendría que modificar su esquema y establecer otro parado con laterales volantes para que el refuerzo tenga cabida, siempre y cuando no sea el Layún versión Rusia 2018.

La repatriación podría superar a la exportación en poco tiempo. No veo para dónde más pueda crecer Diego Reyes. ¿Leganés? ¿Y luego? Mejor que regrese. Y mismo caso Marco Fabián y otros tantos que han llegado a un tope.

Dejemos de vivir en los rumores de que los nuestros suenan para los mejores clubes del mundo cuando la realidad es más cruda y mucho más cercana a México que a la elite europea.

 
 
Twitter: @CARLOSLGUERRERO