El nuevo bien amado

Francisco Javier González
en CANCHA


Apareció el regalo esperado junto al árbol de navidad.

Los Reyes Magos -si así podemos llamarles a los directivos de la Federación- colocaron ahí el mejor de los presentes posible.

Gerardo Martino es el nombre del nuevo técnico nacional y será desenvuelto y presentado este mediodía.

La sensación ya la conocemos: casi siempre que es presentado un nuevo estratega del Tri,

experimentamos en el alma de aficionados un alivio. Como si estuviéramos en presencia del gran médico envuelto en su bata inmaculada para curar la enfermedad con su sola presencia. O el portador de una cantimplora de agua fresca lista para apagarnos una sed desértica que nos funde.

Es verdad que nadie rinde por lo que hizo, pero eso lo acerca a lo que podrá hacer: mejorar a un equipo que ha tenido muchos y muy buenos directores técnicos, pero que acaba rompiéndonos el corazón en el último capítulo de esa trama repetida durante 24 años.

Martino es un hombre del planeta futbol.

Ha ocupado lugares tan destacados como la Selección de Argentina, la de Paraguay o el Barcelona, como máximas credenciales. Y ha tenido aventuras insospechadas desde el Newells Old Boys, al que salvó del descenso para hacerlo campeón, o la de inaugurar una franquicia en la MLS que estaba coronando con récord de audiencia en Atlanta hace unas cuantas semanas.

Habrá quien le empiece a buscar defectos nada mas sentarse, pero estamos en presencia de uno de los mejores técnicos del mundo que, a diferencia de varios europeos que ni siquiera tomaron la llamada porque sienten muy pequeño nuestro futbol dentro de sus aspiraciones, decidió que es el lugar en el que quería trabajar. Martino dijo que sí, sobre varias opciones que se dibujaban en su futuro. Tenía para elegir por lo menos tres más.

Por lo tanto, el nuevo técnico nacional tiene resultados, tablas en el escenario, relación profesional con muchos de los mejores futbolistas y entrenadores del mundo, charla generosa y facilidad para relacionarse con la prensa.

No se dijo si el regalo de los Reyes tiene baterías incluidas, pero ésas se consiguen de diferentes maneras para que funcione: dándole material para trabajar, haciéndole caso en sus propuestas, entendiendo su idea para juzgarlo a partir de ella y con los tiempos de entrenamiento que necesite para intentar las cosas de una manera diferente a las anteriores.

Yon de Luisa es una persona inteligente que encabeza una gestión que pinta para ser la más ambiciosa de los últimos tiempos: en siete años habrá un Mundial compartido en México que necesita un gran equipo que se empiece a formar ya.

Eso es lo que empieza hoy.

 
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