Las lecciones de la Sub 17

Félix Fernández
en CANCHA


Tómelo como usted quiera: el primero de los perdedores o el segundo de los ganadores, depende cómo quiera ver el vaso, medio lleno o medio vacío. Lo cierto es que esta Selección Nacional Sub 17 ha dejado lecciones que deberíamos aprovechar sin importar el ámbito donde nos desempeñemos...

Credibilidad: durante Suiza 1954, Alemania Federal cayó 8-3 ante Hungría en Grupos, tras ese encuentro

no sólo se pedía la cabeza de Sepp Herberger, sino que la afición se desilusionó por completo, al grado de no creer en su equipo una vez que se repuso y enfrentó de nuevo a la poderosa Hungría. El entrenador y su equipo creyeron en ellos mismos y fueron capaces de derrotar al mejor equipo del mundo en la Final. Sólo así consiguieron el reconocimiento. Nuestra Sub 17 y su técnico Raúl Gutiérrez tuvieron la capacidad de contagiar esa credibilidad, partido a partido, durante los siguientes cinco encuentros tras la estrepitosa derrota en su debut 6-1 ante Nigeria. Para la Final, contra los mismos africanos, la afición estaba convencida que esos chavos tenían la capacidad de vencer a un equipo que prácticamente los había borrado de la cancha.

Recuperación: frustración, coraje, impotencia, dudas sobre su capacidad son sólo algunas de las emociones tras el 6-1. Para todos nosotros, estos 21 tricolores no eran más que desconocidos que debían convencernos de su nivel para ser mundialistas. Paso a paso hasta la Final, justificamos el año y medio de trabajo y los más de 70 partidos internacionales en 13 países. Fuimos conociéndolos, reconociéndolos y admirándolos.

Fe: no, no se trataba de ponerse a rezar, como sugiere Cuauhtémoc Blanco en relación a la Mayor; se trataba de creer en su capacidad y en su director técnico quien, para esas instancias, había extendido su rol al de tutor, amigo y confidente.

Personalidad: es difícil jugar con personalidad, pero más difícil es darle personalidad a un equipo. Estos muchachos, al igual que las dos selecciones campeonas anteriores (y a diferencia de nuestra Mayor), desarrollaron una personalidad en el campo que les sirvió para vivir, sobrevivir y morir con la suya.

Tómelo como más le convenga: si para usted esta Selección del "Potro" se convirtió en la primera de los perdedores tras la Final, adelante, deseche lo que observó durante estos siete partidos en Emiratos Árabes; pero si para usted, como para mí, este gran equipo es el segundo mejor del mundo, tome como ejemplo la gran cantidad de lecciones que nos han dejado, al otro lado del planeta, un grupo de adolescentes mexicanos, admirables y excelentemente bien dirigidos.

 
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