Ayer estuve en el Estadio Tecnológico para corroborar lo mal que ha jugado el Monterrey en este torneo y ver lo diminuta que está la grandeza de las Chivas.
En el terreno de juego quedó perfectamente tatuado el momento oscuro que vive el equipo del "Profe" Cruz y el porqué ambos merecidamente verán por televisión la Liguilla de nuestro futbol.
Si en la cancha ni la victoria salva
al Monterrey de ser criticado, fuera de ella el auxiliar técnico del "Profe" hizo un movimiento que me llamó la atención.
Al término del encuentro se puso a platicar con Marco Fabián de una forma algo sospechosa, apartados de los demás. Hay que recordar que el "10"de las Chivas ya fue pretendido por los Rayados en la temporada pasada.
Al Monterrey no le queda de otra más que pensar en el futuro y no hablo del Mundial de Clubes, porque pienso que para diciembre las cosas no cambiarán tanto para que nos represente dignamente.
Antes de cambiar de tema, debo mencionar el buen trabajo de Marlon de Jesús Pabón, quien se sacudió de encima las críticas que había recibido. Su ingreso a la cancha fue fundamental para la voltereta rayada.
SIN MERECERLO
Si de los resultados que necesitaban los Tigres para mantenerse con vida sólo uno le favoreció, las colaboraciones de Flavio Santos (expulsado al minuto 25), del árbitro José Alfredo Peñaloza, quien expulsó injustamente a Matías Vuoso al minuto 30, de un autogol de Erpen, de hecho anotado con la mano, pusieron frente a Tigres el último boleto a la Liguilla.
Tigres tuvo 60 minutos con dos jugadores más en la cancha y lo que debería ser una victoria convincente y contundente terminó con un chato 1-0 muy a su estilo: jugando al filo de la navaja y colocando en riesgo la clasificación que les habían regalado.
Dos caras distintas vimos en el Jalisco: la del Atlas, que con una gran vergüenza deportiva y con dos jugadores menos terminó buscando el gol del empate hasta el final del encuentro y justamente salió ovacionado por sus seguidores.
La otra cara, la reprobable, fue la de Tigres, que con todas las ventajas y los muchos regalos navideños anticipados que recibió, terminó defendiendo su gol, también regalado, frente a un equipo sumamente mermado físicamente.
Inexplicablemente no se notaban las ventajas que tenía Tigres en la cancha y, contrario a lo que yo esperaba, el equipo de "Tuca" Ferretti puso en riesgo su pase a la Liguilla durante todo el partido.
No hablaré de merecimientos por lograr su pase a la Liguilla porque no lo merecían, y tampoco comentaré de la capacidad porque no la tuvieron.
La Liguilla es otro torneo y espero ver otro Tigres.
careca@elnorte.com