"Masacre"

Félix Fernández
en CANCHA


"Masacre" le decían con toda firmeza en la pronunciación: "¿¡Qué pasa Masssacccre!?" -le saludaban, así, para que sonara mucho más enfático-... quizá por sus desbordes en las bandas, quizá por el revuelo que causaba su aparición o quizá por su carismática personalidad, pero lo cierto es que la presencia de Toño Alonso alteraba el entorno.

Fue uno de los primeros futbolistas que conocí en

mi adolescencia. Famoso, muy famoso en nuestra pequeña comunidad desde aquel Mundial juvenil de Australia 1981, en el que la Selección Mexicana compartió grupo con Egipto, Alemania y España. No logró clasificar a Segunda Ronda, pero de ese equipo, dirigido por el "Pescado" Portugal, surgieron futbolistas como Adrián Chávez, Pepe Vaca, Paco Chávez, Raúl Servín, Carlos Muñoz y Gonzalo Farfán. Ahí, entre ellos se encontraban José Antonio Alonso y Ramón Pereda: dos grandes exponentes del Club España que nos representaron a nivel internacional y a quienes fue imposible dejar de seguir desde entonces.

Ramón dejó pronto el futbol profesional y Toño siguió y siguió y siguió lo más que pudo, primero en Atlético Español, después en Necaxa y posteriormente, para 1986, tuve el enorme placer de tenerlo como compañero (y guía) en mi primer equipo profesional: Toros de Texcoco de Segunda División. Por si fuera poco, un año más tarde llegué al Atlante y Toño también formaba parte de ese plantel, que por cierto sería su último.

Aquel Tsuru gris 1986 que con tanto cuidado trataba, fue de lo muy poco que materialmente le dejó el futbol. Fue en ese compacto que pasaba por mí al Metro Juanacatlán para ir a entrenar, me dejaba en el cruce de Miguel Angel de Quevedo y División del Norte para regresar a mi casa, o me llevaba a su departamento de la Colonia San Rafael a comer con Lucero y Anselmo, sus hermanos.

Dentro del Club España, antes siquiera que yo tuviera contemplado dedicarme al futbol, traté, intenté y me esmeré en tener el pelo como Toño Alonso, por supuesto, sin éxito. No existía el gel y el gusto solamente me duraba mientras tenía el cabello mojado.

Toño fue futbolista profesional menos tiempo del que merecía, pero tuvo la sabiduría de interpretar las señales de la profesión, la inteligencia de prepararse para ejercer en un área que le resultó muy favorable (negocio de artículos de piel) y la dedicación para convertirlo en su vocación.

Uno nunca sabe cuando es la última vez que se pisa un lugar, se percibe un aroma muy agradable, o se abraza a alguien querido; de hecho casi nunca se sabe cuando es la última vez, y eso pronto nos enseña a cuidar más los momentos. Y aquella noche del 2004, al despedir a nuestro ex compañero Toño Velázquez en su velorio, también me despedía de Toño Alonso sin saberlo. Casualmente en diciembre y como coincidencia, después de pisar huellas similares, Toño Alonso se nos fue muy temprano y muy sorpresivo... nos dejó a todos con la sensación de que la ruta no se cumplió y que había combustible para finalizarla... Sí, con la sensación de que su inigualable risa sería inmortal y de escuchar, una vez más al menos, la respuesta ocurrente inmediatamente después del tradicional saludo en el vestidor: "¿¡Qué pasa Masssacccre?!".

 
 
Twitter: @ Felixatlante12