Los cuatro fantásticos

Francisco Javier González
en CANCHA


El Cruz Azul no estaba pensando en ganar un título para saciar la sed, sino en iniciar una nueva era.

La feligresía celeste está dolida porque se quedó en la orilla, pero está dispuesta una vez más a apoyar a su equipo esperando la revancha.

El mejor mensaje externo que ha recibido Cruz Azul debe ser el de la cúpula del adversario: Emilio Azcárraga aplaude el esfuerzo cementero y

recuerda al America de los 90 que era espectacular pero no podía ganar Liguillas. Las goleadas en el Torneo Regular eran de Coapa, pero los títulos se los llevaba el Necaxa. El augurio del propietario americanista es que La Máquina está cada vez más cerca.

Llevó mucho esfuerzo y aprendizaje adquirir el ADN con que las Águilas suelen encarar las Finales. Y aun así, a veces no alcanza.

El guiño desde el feudo campeón es correspondido con la reacción azul, apenas recuperados del tropiezo.

El mejor mensaje interno enviado hacia lo que sigue, es el anuncio de los refuerzos.

Si Cruz Azul tenía un buen plantel con una banca de tamaño menor, el contar con nombres y apellidos de gran peso para el próximo semestre tiene que animar a cualquiera.

La estrategia del equipo se repite: no aventura como antes por una mayoría de refuerzos venidos del extranjero, sino por futbolistas probados, que ya han sido campeones y que pueden ser exigidos desde el primer momento.

Si algo le faltaba a los cementeros, ya lo tienen. No están dispuestos a cejar en el intento.

Mientras todo es felicidad en América, esperanza en Cruz Azul y solidificación de un proyecto en Pumas por dolorosa que haya sido la eliminación, quien completa el cuarteto de equipos de convocatoria nacional se queda en el camino de manera preocupante.

Algo pasa en Chivas para que las buenas intenciones no vayan más allá de eso.

La salida de jugadores importantes que han cargado con el peso en los últimos torneos es alarmante.

Con tres torneos sin clasificar siquiera a la Liguilla y una actuación vergonzosa en el Mundial de Clubes, el Guadalajara no ha resuelto los problemas que le han llevado a la bancarrota deportiva: lejos de reforzarse se debilita, le quita cartas de la mano a un Pepe Cardozo puesto siempre en duda y carece de la sapiencia y las armas para salir adelante.

No hay figuras hechas en casa que vayan a ayudar. No se retiene a parte del poco talento disponible. Y no contrata jugadores del peso anímico y emocional que brinden cierta esperanza. La tormenta es perfecta.

De los cuatro, el único que no es fantástico viste de rojo y blanco.

 
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