Pagar la deuda

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


El Cruz Azul y el América definirán mañana quién se corona como nuevo campeón del futbol mexicano.

Sólo resta esperar que lo definan jugando a jugar, y no exclusivamente a evitar que el rival juegue.

Lo que en teoría se presentaba como una Final de ensueño, en la práctica resultó, en su primera parte, de auténtica pesadilla.

Una pobre exhibición, una lamentable decepción para

quienes estamos ávidos de buen futbol, para quienes saboreamos de antemano platillos futbolísticos como parecía que podía ser éste.

Sobre todo el Cruz Azul, muchísimo más preocupado por defender la propia portería que por buscar la otra; y sin embargo, a punto de conseguir en los minutos finales una victoria que para nada había hecho lo suficiente para merecer.

Y el América, en la búsqueda del gol pero sin el adecuado manejo individual y colectivo de la pelota; atrabancado, errático, impreciso, sin adaptarse todavía a las inestables condiciones de la cancha, campo nada propicio para que el balón ruede y circule como debería.

Acorde con el pobre desempeño de los equipos y las condiciones de esa cancha que se ve mejor que lo que está, un flojo arbitraje pobremente "asesorado" por un VAR que se guardó, quién sabe cómo y por qué, un penal y dos tarjetas rojas.

Si el asunto de la cancha y del arbitraje puede considerarse "normal", como parte de los imponderables de este juego -inherentes al futbol-, nada normal es que los dos mejores equipos del torneo jueguen abajo de su nivel promedio en partidos como éstos; en lugar de rozar el óptimo, como se espera que lo hagan dos auténticos finalistas.

Es ésa la deuda adquirida por ambos equipos, y el compromiso de saldarla: jugar de acuerdo con lo que tienen, saben, pueden, y con la importancia de lo que está en juego.

Que paguen mañana, por favor, lo que el jueves quedaron debiendo.

El que más dispuesto se muestre a pagarlo con su futbol, más cerca estará de coronarse.

Que sea el mejor.

 
 
Twitter: @rgomezjunco