Soñar

Leonardo Lavalle
en CANCHA


Cuando era niño mi amor por los deportes y en especial por el tenis era muy grande. Me levantaba de la cama con un deseo de jugar al tenis todo el día. Esas ganas las saciaba en el club corriendo, cachando, nadando. Era muy competitivo, quería ganar siempre y, cuando no lo hacía, terminaba enojado con lágrimas en los ojos. Siempre buscando ganar en el deporte del momento.

Si era Roland

Garros soñaba que era Bjorn Borg o Jimmy Connors. Si era Wimbledon, hacíamos una cancha de pasto en los jardines del club y soñábamos que estábamos en el mismísimo pasto sagrado.

Me imaginaba que era John McEnroe. Era berrinchudo como yo. Sin embargo, empecé a cambiar cuando vi que él usaba ese enojo y corría con más ganas, sacaba con más colocación y se concentraba más antes de cada punto. Usaba ese enojo para jugar mejor. Me sorprendía verlo cómo lo hacía una y otra vez. Eso sí, cuando terminaba el punto con un tiro impresionante, no dejaba de nuevo volverse un niño malcriado reclamando una y otra vez. Tenia un póster de él pegando una volea, como si estuviera volando... Antes de dormir veía su póster y me quedaba dormido. Me imaginaba levantando el trofeo...

Mi vida continuó y tuve la oportunidad de irme a Florida a segur saciando esas ganas y esa gran pasión por el tenis. Fui mejorando y regresaba a México a jugar los torneos nacionales ganando algunos y perdiendo otros. Como el mejor juvenil mexicano, tuve la fortuna de jugar todos los torneos de Grand Slam. En mi último año de juvenil levanté el trofeo de campeón de Wimbledon. Con estos resultados tenía ofertas en las mejores universidades de Estados Unidos y me decidí por USC (Universidad del Sur de California). Las grandes leyendas mexicanas del tenis habían jugado ahí y quería ser parte de esa gran historia.

Como profesional, jugando en mis primeros torneos en Scottsdale con una invitación, el organizador del torneo me preguntó si quería jugar dobles, por supuesto conteste que sí... Mi compañero esa semana, un veterano zurdo estadounidense Mike Leach. Comenzamos a ganar la primera ronda, ganamos la segunda, en Semifinales nuestros rivales John McEnroe y Peter Fleming, la pareja número uno del mundo. Ganamos el primer set. McEnroe comenzó a quejarse de un puesto de hamburguesas que metía humo... Cuando pasaba junto a mí me decía intimidándome: "like Mexico City", refiriéndose al smog... Me llamó "spick", algo despectivo para los mexicanos. No lo podía creer. No sé cómo, pero logré controlarme y ganamos el partido, no sin tener sentimientos encontrados después de que había sido mi ídolo tantos años. Terminamos conquistando el torneo, mi primer gran triunfo del circuito ATP. Apenas tenía 18 años. Más adelante me hice amigo de John. Recordamos la historia, acabó disculpándose.

Volteo al pasado y confirmo, con esta historia, ¡que los sueños sí se hacen realidad!

 
 
Twitter: @Leolavalle1