El futbol es una especie de país cuyo tipo de cambio es de muchos ceros.
Su economía no obedece a los valores del mundo terrenal; los supera ampliamente y junto con algunos otros deportes profesionales maneja cifras en dólares, euros o petrodólares de siete dígitos con una facilidad pasmosa.
Sólo en España, según la revista Líbero, se estima que lo que mueve el futbol genera el uno
por ciento del producto interno bruto. Miles de familias se sostienen gracias a él.
El futbol entonces mueve mucho dinero y está manejado por gente que lo tiene en demasía.
Capitales árabes, chinos, estadounidenses e indios sorprenden hoy con sus fantásticas inversiones en clubes, futbolistas e infraestructura -un Mundial en Qatar por ejemplo- para hacer más grandes las diferencias entre los ricos y los pobres.
En México, con una Liga respetable, no alcanza para tanto. Pero si nuestro País es la decimoquinta economía del mundo, su futbol podría tener un ranking parecido. Tampoco es que sea despreciable.
Cuando se maneja tanto dinero, cada quien en su mercado, la creación de órganos de vigilancia es además de sana, indispensable.
Si la UEFA creó el Fair Play financiero para regular la economía de los clubes y la Interpol ha sido cercana a la FIFA para la persecución de apuestas clandestinas en Asia que han amañado partidos, cualquier acción que preserve la integridad y el buen comportamiento del futbol y del deporte en general, debe ser bienvenida.
Persecución del dopaje, de corrupción, de evasión fiscal tan combinable con los grandes astros internacionales, malas prácticas en los equipos y desatención a las normas, deben ser combatidos con rigor.
Función de las autoridades es fiscalizar, y obligación de las entidades deportivas es abrir sus puertas para tal efecto.
Ser revisado no es lo mismo que ser culpable aunque la voz pública sea amiga de sospechar. Es un verbo que nos gusta y despierta el morbo.
Que haya investigaciones en proceso dentro de nuestro futbol es una buena noticia. Mejor será que no se encuentre nada anormal. Y provechoso que si se encontrara para erradicarlo si fuera el caso.
El deporte, en el que se maneja tanto dinero, merece luchar siempre por desterrar de su seno cualquier amenaza de duda.
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