Cuando la marrana torció el rabo

Diego Silva
en CANCHA


Normalmente mi casa editorial me pide que hable de futbol. Lo entiendo por varias razones. Una, porque creen que le entiendo y, la más importante, por lo que vende. Pero el futbol es uno más de los deportes que me interesan para nuestro país.

Generar "deportistas" que jueguen al futbol será mi cometido hasta que me muera. En México se generan "futbolistas" y se olvidan de la parte

formativa e integral. Nuestras bases atléticas se especializan en niños que practican futbol, en la gran mayoría de los casos, con terribles resultados para el buen desarrollo de sus condiciones físicas y motoras.

Los "profes" de nuestros niños son generalmente padres de familia que, en busca de pertenecer y ayudar, se convierten en técnicos de futbol, cuando quizá sólo jugaron o practicaron algún deporte en su juventud, pero carecen de la capacidad y la formación académica para generar deportistas a futuro.

Hace unos días me encontré con un grupo de niños de 11 años dirigidos por un padre de familia, no en un barrio marginal, sino en una institución académica privada de la Ciudad.

Con apodos relacionados con jugadores del futbol actual y tras recibir regaños e insultos "argentinizados", terminó el partido. Como era lógico, perdieron el encuentro.

Al término del mismo, el "entrenador" dio una charla técnica en el campo. Pasó de insulto a insulto, y los obligó a dar tres vueltas a la cancha y series de abdominales a llenar. Si ustedes hubieran visto la cara de los niños y la de los padres de familia, les aseguro que lo demandan y lo golpean. Pero nadie dijo nada, nadie se inconformó, nadie le reclamó y, por supuesto, nadie se dio cuenta del daño que genera en una edad de desarrollo temprana este tipo de ejercicios de esfuerzo.

Todos pedimos mejorías en nuestro deporte, pero nadie se atreve a ir en contra del sistema de educación deportiva.

Ni uno solo de los que estaban ahí, se les aseguro, hará que nuestro deporte nacional mejore, y si por alguna cosa rara del destino, me está leyendo ahora y sabe que estoy hablando de usted y de su entrenador, ojalá le dé pena.

No le ponga toda la responsabilidad a nuestro equipo nacional cuando compita en el extranjero y le dé pena su resultado, comience en casa, ahí se hacen los verdaderos cambios y es de ahí de donde salen los mejores seres humanos que, a la postre, se harán grandes deportistas. Espero sus comentarios.

 
@JUGADAVIRIL
 
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