Que se juegue ya

Javier Alarcón
en CANCHA


Es muy insensato relacionar el golpe de frente que inesperadamente se ha puesto el América en la Concacaf con lo que pueda ser su enfrentamiento, sólo como base de equipo, frente a Nueva Zelanda en el triste y vergonzoso enfrentamiento doble en la Repesca para ir al Mundial Brasil 2014.

No son situaciones comparables. Se nos desborda el fatalismo para relacionar asuntos, ciertamente

parecidos, pero de ninguna manera iguales.

¿Distracción? Probablemente, pero sin minimizar en lo absoluto los méritos del Alajuelense y reconociendo a un América menos brillante que en el promedio de los últimos meses, el volumen de llegadas de los locales no ha distado mucho de su media.

Claro es que meter el balón debe soportar la premisa de "jugar bien", y que América ha estado por debajo de sus referencias conceptuales en el juego del martes, pero a mi entender, nada para que se enciendan las alertas pensando en Nueva Zelanda.

Es probable que ante el desempeño y resultado, Herrera pueda pensar que es adecuado subir el número de no americanistas y reducir la cantidad de los "suyos". Si eso ocurre, si emplea la base y adereza con un poco de mayor peso específico su alineación de "externos", puede incluso lograr parar un mejor equipo.

El partido uno debería ser mañana, porque la cantidad de suposiciones sanas y malsanas, las líneas no escritas de tantos aficionados de sillón, abren opciones para la duda, el desconcierto y la terapia grupal. Miguel debe cerrar periódicos, no accionar el botón de encendido de los programas deportivos y hacer que sus jugadores hagan lo mismo.

El ambiente está muy raro, las cuentas pendientes salen en forma de revancha verbal, los jaloneos están a la orden del día y Herrera debe aprender a ser inmune. Concentrarse sólo en el trabajo de campo, en convencer a cada uno de sus convocados para resistir el entorno en la misma medida que hacerlos parte de su plan de vuelo.

Y al final del día, hay dos o tres responsables muy localizados: el jugador egoísta y consentido en general, el directivo que se resiste a ser derecho y cae en las redes del promotor y la falta de recursos para el formador que debe localizar y encauzar el talento. Entre muchas otras.

jalarcon@reforma.com