¡Aaay, directivos!

Mario Castillejos
en CANCHA


Para Tigres, Monterrey y el grueso del futbol mexicano, paradójicamente, hoy el talento -jugadores, entrenadores, formadores y directivos- es más escaso y valioso que el capital.

Si el valor empresarial de un club de futbol está determinado por cuatro grandes intangibles: capital humano, la marca, los clientes (aficionados y telenautas) y las expectativas a futuro, indisolublemente

relacionadas entre sí, por más que lo quieran disimular, por más que lo nieguen, por más que se disfracen con chaquetones deportivos o blazers ejecutivos, ¿qué expectativas puede tener el futbol mexicano mientras siga tapizado de sujetos netamente improvisados?

Aparte de servil, ¿qué conocimientos, aptitudes o áreas pedagógicas debe dominar el presidente de la FMF, el director de la Liga MX, el responsable de Selecciones Nacionales, los presidentes de clubes, sus gerentes deportivos, coordinadores de fuerzas básicas, entrenadores y formadores de canteranos?

A lo largo de la historia ha quedado plenamente demostrado que el solo hecho de haber jugado futbol a un altísimo nivel, como Pelé o Maradona, ni remotamente basta para hacer directivos o entrenadores calificados.

El modelo de fotocopiar o reproducir el pasado hoy nos tiene al borde de no asistir al Mundial.

Al futuro futbolista élite ya no se le puede rodear de empirismo. Ya no basta una gorra y un silbato para cultivarlos.

Durante los últimos meses, el gremio de nuestros flamantes directores técnicos, algunos creyendo dar cátedra, se cansaron de exhibir su falta de ética. Ya no hablemos del dominio en la materia. Lo absurdo del asunto es que, con tan limitado saber, muchos de ellos han hecho fortunas.

¿A cuántos congresos han asistido en su vida estos millonarios entrenadores para revalidar su carnet?

Ahora que entrevistaron a Miguel Herrera, en su intento por explicar el crecimiento del jugador español, desprovisto de hechos, acotó: "Cuando se llenaron de extranjeros por cosas, se pusieron a trabajar cab...".

Hoy, Ricardo Peláez también es parte de ese grupo de dirigentes exitosos cultivados desde el empirismo, como en su momento lo fue Andrés Fassi, mismo que ahora lleva gastada una exorbitante suma de dólares para comprar jugadores gracias al capital del Grupo Slim, y acumula nueve torneos sin alcanzar el quinto general.

¿En dónde se está preparando la nueva generación de entrenadores, formadores y directivos mexicanos?

PD: "El conocimiento real es conocer la extensión de la propia ignorancia". Confucio.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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