Medio partido

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


No cabe duda, hay cosas que no se pueden.

En el futbol no se puede ser mal jugador sin que se note, aunque sí se pueda ser malísimo como director técnico o como dirigente y no sólo salir indemne, sino aplaudido y ganador a veces.

Tampoco puede negarse que el VAR es una magnífica herramienta en la búsqueda del imposible arbitraje perfecto.

Ni puede esperarse que digan algo

brillante algunos jugadores cuya brillantez sólo existía en la cancha. Ni se puede (o no se debe aunque muchos puedan), ser tan simplista como para escatimarle o escamotearle a Lionel Messi su lugar como incomparable futbolista en la historia de este juego, solamente porque no ha sido campeón del mundo con su modesta Selección de Argentina.

Y resulta imposible, por poner un último ejemplo, escribir sobre un partido que apenas está por jugarse al momento en que escribes pero ya habrá sido visto por quienes lean lo que escribiste.

Si acaso, algo puedes escribir sobre ese partido si logras ver el primer tiempo antes de enviar lo escrito.

Algo, quizá, como lo siguiente:
 
Ayer, en cancha queretana, la escuadra mexicana salió a jugar sin complejo alguno ante la chilena.

Desde el arranque del partido los tricolores pusieron plenamente de manifiesto su intención de demostrar que aquel infausto 0-7 de hace poco más de dos años fue un simple accidente futbolístico y para nada un fiel reflejo del nivel de ambos equipos.

Pero lejos de ponerse nerviosos con el escenario, o de amilanarse con el inicial ímpetu y la intensidad de los anfitriones, los chilenos supieron responder con similares argumentos: lucharon, cerraron los espacios, mantuvieron el orden, metieron la pierna y se dieron los necesarios respiros echando mano de su buen manejo colectivo del balón.

Al equilibrio de fuerzas y argumentos, se sumó el de la escasez de oportunidades claras; y así, con un bien jugado y entretenido cero-cero, se fueron al descanso del medio tiempo.

Sin embargo en el segundo...

 
Twitter: @rgomezjunco