Cada vez que nos acordamos

Francisco Javier González
en CANCHA


Cada vez que en el plano futbolístico reencontramos ese nombre, el estómago se revuelve.

La experiencia negativa en Santa Clara nos deja ese efecto que producen los castigos inolvidables.

Empezamos ahí a dudar de Juan Carlos Osorio, de la calidad de nuestra generación dorada y de todo el proceso que debía llevar a la Selección Mexicana hasta el Mundial de Rusia.

Haber estado

presentes en ese partido produce ese dolor que cambiaríamos por muchas cosas con tal de que no hubiera sucedido. Pero eso es irreversible.

Cuando un equipo pierde por 7-0 como ocurrió ese día entre México y Chile, está claro que se produjo un accidente de los que de repente pasan en el futbol. Salvo que se trate de Samoa Oriental, Haití o uno de esos países tan ajenos al mundo futbolístico, tal diferencia es consecuencia de una catástrofe.

Andinos y mexicanos se han esforzado siempre por trascender en los Mundiales de futbol.

Algunas pruebas intermedias como la Copa América o algunos amistosos importantes, han sido aprobatorias. Pero a la hora de la verdad -la más grande de ellas- nunca han logrado el paso importante que siempre han perseguido.

Daba la impresión de que ambas generaciones podían dar más de sí.

México con la base de aquel Mundial Sub 17 peruano que sembró a varias de nuestras esperanzas en el futbol europeo. Chile con sus astros exportados a clubes de lo más granado, listos para dar el gran salto.

Y aquí estamos. Ante una nueva oportunidad de medir las fuerzas de uno y otro en un partido queretano que llama ya a los relevos de aquellas camadas.

El Estadio Corregidora será, como cada vez que recibe al Tri, el escenario de una fiesta.

Con nombres nuevos en la alineación mexicana que ya dibujaron sonrisas en la afición de Monterrey -una de las más exigentes- y que ante un rival más poderoso intentará dejar la misma sensación.

En esta etapa transitoria es complicado exigirle mucho a la Selección Nacional.

Con técnico temporal, futbolistas debutantes y lejos de la presión competitiva que vendrá más adelante, su tarea es simple.

Tiene que agradar, mantener el espíritu rebosante del jueves y probar las refacciones del nuevo modelo que alguien distinto al Tuca habrá de diseñar.

De Chile esperamos mañana que responda como sinodal importante.

El futbolista andino es rendidor, cumple cuando es importado por el futbol mexicano y sabe responder con calidad a las exigencias.

Consagró a varios de sus nombres en nuestra Liga empezando por Carlos Reinoso y Roberto Hodge hasta llegar a Iván Zamorano en sus últimas épocas y el material reciente que se abre camino con naturalidad en nuestro medio.

Parejos en el saldo pese a la referida goleada, deben ofrecer un buen duelo, aunque algunas noches sigamos teniendo pesadillas por culpa de aquel infausto día de Santa Clara.

 
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