Salvajismo "futbolero"

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Por enésima vez el fanatismo futbolero muestra su vergonzosa cara.

Con lo sucedido en Monterrey (unas horas antes del infumable espectáculo ofrecido en la cancha del Estadio Universitario) se confirman varias alarmantes realidades:
 
- El grado de imbecilidad y cobardía que pueden alcanzar muchos frustrados energúmenos disfrazados de aficionados al futbol.

- El pobre

nivel educativo de la juventud mexicana; y de la niñez y de la gente adulta y de todas las edades.

- Las nocivas consecuencias de la proliferación y fortalecimiento de las barras, malhadada importación desde el futbol argentino.

- La descomposición social en Monterrey, en Nuevo León, en México entero.

- La incapacidad de los distintos actores (jugadores, técnicos, dirigentes, federativos, medios de comunicación, autoridades municipales y estatales) para combatir verdaderamente y a fondo el grave problema de la violencia alrededor de un simple juego.

Uno de los más peligrosos errores radica en llamarle "pasión" al simple y burdo fanatismo enquistado en aficionados con muy poco cerebro.

Con poquito cerebro o de plano descerebrados, como los que se encargaron de protagonizar este doloroso, deleznable, vergonzoso capítulo en la historia del balompié regiomontano y nacional.

Las urgentes soluciones deberían venir desde distintos frentes y a diferentes plazos:
 
- Erradicar las barras para evitar esa especie de delincuencia organizada que de ellas suele emanar.

- Fortalecer las medidas de seguridad en los estadios y sus alrededores.

- Tener un mayor control de los aficionados mediante la debida credencialización de los mismos.

- Castigar sin miramientos a los delincuentes dizque aficionados.

- Educarnos más y mejor, desde las familias y en las escuelas.

Sólo así podrá combatirse este salvajismo futbolero... que de futbolero no tiene nada.

 
Twitter: @rgomezjunco