De presumir

Rafael Alarcón
en CANCHA


"Si juegas debajo de 10 golpes, cuida tu golf; si juegas debajo de 80, cuida tu negocio".

Joey Adams
 
 
A simple vista cualquiera pensaría que terminar en octavo lugar en un Campeonato Mundial no es motivo de alegría o de presunción. Aunque la alta competencia en nuestro País va muy bien y creciendo con más jugadores que se atreven a exponerse en los mejores foros

internacionales, terminar en octavo no es nada fácil porque muchos países tienen mejores opciones: algunos nos ganan por la cantidad de jugadores en sus programas juveniles y colegiales (como Estados Unidos), otros como Corea, China o Japón porque el golf es casi una obligación. Mientras que países de Europa, Canadá o Australia porque los gobiernos invierten grandes cantidades de dinero en favor de la preparación de sus golfistas.

En la Copa Espirito Santo, jugada en Irlanda la semana pasada, las mexicanas María Fassi, Cory López y Ana Ruiz se combinaron bien en el formato de las mejores dos de tres tarjetas cada día. México terminó atrás de Estados Unidos, las campeonas, de las potencias asiáticas, así como de Alemania, Italia y Canadá. Finalizó por delante de otras naciones protagonistas en estos torneos como son España, Inglaterra, Suecia, Australia y muy por delante de cualquier país de Latinoamérica. María Fassi jugó a la altura del nivel que ha mostrado en el golf colegial y terminó octavo en la rama individual; Cory López, quien reemplazó a la lesionada Isabella Fierro respondió muy bien ante el reto, cerrando la ronda final con un tres abajo del par. El resultado es muy motivante para las jugadoras que vienen atrás de las que van abriendo camino, así que octavo es un lugar que da mucha alegría y confirma el buen crecimiento. Y sí, es para presumirse.

El papel de Abraham Ancer en el segundo torneo de los playoffs de la FedEx Cup también es sobresaliente. Ancer terminó en el séptimo lugar con mal sabor de boca porque tuvo un cierre lejos de lo esperado. El tamaulipeco ha estado apareciendo en los primeros lugares en torneos del PGA Tour y en Boston inició la ronda final como líder, con la gran expectativa de un triunfo, mismo que no llegó porque Ancer tuvo golpes malos, decisiones costosas y su putt estuvo por debajo de sus estándares.

Ancer tiene razón de sentirse mal porque cerró mal, porque es un gran guerrero de los fairways y sabe lo cerca que está del triunfo. Es muy entendible cuando las cosas no salen bien como fue ayer. Vivir los momentos que está teniendo es de crecimiento y de acostumbrarse a jugar con esos nervios y presión propios del momento. El séptimo lugar le permite avanzar entre los mejores 70 de la FedEx Cup y jugar esta misma semana, donde estoy seguro volverá a pelear por entrar entre el field de los mejores 30 para el último torneo. También el séptimo lugar es de presumirse.

Hasta el próximo green.

 
rafaelalarcongolf@gmail.com