Sahara 30 aniversario

Félix Fernández
en CANCHA


"La impresión que tengo desde que conocí a mis amigos del Sahara es que con ellos la pelota siempre bota chueco" Federico Fernández Christlieb en "Todo lo que sabemos", Editorial Ficticia.

Recuerdo mi debut con el Sahara, por 1991 y de manera involuntaria: la noche anterior jugamos contra el América en el Estadio Azulgrana. Con el fin de semana libre decidí acompañar a mi hermano Federico

a las canchas del Ajusco, para verle jugar. Bastante relajado con pants, tenis de vestir y camiseta, me senté junto a la cancha, pero por alguna razón relacionada con el alcohol de la noche anterior, únicamente llegaron 6 jugadores del Sahara. Con la autorización del equipo rival, me pidieron que los completara.

Se cumplen 30 años de la fundación y participación ininterrumpida del Sahara, más que un equipo de futbol llanero de ex alumnos del Colegio Madrid, toda una escuela de lo que representa el amor al futbol sin mayores pretensiones. Es el pretexto de jugar a las afueras de la Ciudad de México y, posteriormente, disfrutar del "tercer tiempo", donde se soluciona el mundo con cervezas y cubas sin hielo.

Durante muchos años, a lo largo de mi carrera profesional y, por supuesto, una vez retirado, viajar con el Sahara por el interior del País se convirtió en una tradición... Querétaro, Cuernavaca, Cuautla, Morelia, Guadalajara, Celaya, Tlaxcala, Oaxaca, Cancún, Toluca, Veracruz, León, Guanajuato, Mazunte, Aguascalientes, Chiapas o Acapulco fueron destinos visitados.

Si jugaste para el Sahara, tu concepto de lo que es y debería ser el futbol ha cambiado. Sí: se vive como se juega y se juega como se vive: la concepción de un saque de banda necesariamente es otra para un escultor, la recepción de balón para un cineasta, el fuera de lugar para un filósofo y no se diga la marca personal en un tiro de esquina para un fisioterapeuta.

Por nuestra alineación pasaron el "Potro" Gutiérrez, Miguel Herrera, Hugo Santana, el "Profe" Cruz, Nacho Hierro, José Luis González China, Jorge Comas, Lalo Moses, Armando González, Gutiérrez Aldaco, Tomás Cruz, Chava Vaca y Biyik entre otros. Jugar en el Sahara para todos ellos era una experiencia digna de vivir, mucho más que para los integrantes del Sahara jugar con ellos. Los nombres anónimos son mucho más trascendentes que los nombres publicitados en este equipo.

Lo primero que hice una vez retirado de la portería del deber, fue incorporarme de manera permanente a la portería del placer por algunas temporadas, hasta que dejé México en 2005. Lo que más extraño son los sábados del Sahara en el Ajusco.

Aquel día de mi debut en este equipo recibí más goles que en ningún otro partido en mi vida y terminé con un doloroso esguince en el pulgar derecho (por el que tuve que mentir en mi regreso al Atlante). Pero entre la suciedad de mi ropa, las canchas desniveladas y con agujeros, las quesadillas, las bebidas, el cambio de clima en minutos, la conversación siempre interesante y, por supuesto, la bolsa de hielo en mi mano, decidí que aquel era exactamente el equipo donde quería jugar como arquero, tras mi retiro, el resto de mi vida.

 
Twitter: @FELIXATLANTE12