Menos malinchismo

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


No cabe duda que nos encantan los extremos aunque la verdad suela estar en medio.

Nuestro futbol deambula, por ejemplo, entre los extremos del malinchismo y la xenofobia, tradicionalmente mucho más inclinado hacia lo primero.

Por obra y gracia de ese nocivo malinchismo, al futbolista mexicano le cuesta cada vez más trabajo encontrar los espacios propicios para florecer y

desarrollarse.

Como son muy pocos los clubes cabalmente interesados en la formación de jugadores, los lugares disponibles para jugar y consolidarse en Primera División se han ido reduciendo inexorablemente.

La endémica sumisión hacia todo lo que venga de afuera, en claro detrimento de la posibilidad de crecimiento del futbolista mexicano.

Y también como evidente menosprecio hacia los directores técnicos mexicanos, como vuelve a manifestarse al decidir quién será el sucesor de Juan Carlos Osorio.

Aciertan al optar por el mejor candidato posible, Ricardo Ferretti (como entrenador, en realidad mucho más mexicano que brasileño), pero ante su negativa de ir más allá de un simple interinato, los federativos le dan rienda suelta a ese acostumbrado malinchismo y voltean hacia el extranjero, descartando aparentemente otras magníficas alternativas, como sin duda lo son Miguel Herrera, Enrique Meza o Víctor Manuel Vucetich.

No entienden los dirigentes la importancia de creer más en los entrenadores mexicanos, como no entienden la de sembrar el campo propicio para la formación y el desarrollo de jugadores nacionales, empezando por modificar esa formulita del "9-9", quizá con una "6-12", para así entablar, a partir de ella, una menos inequitativa competencia entre nativos y extranjeros.

Menos malinchismo, mayor equidad... y apostar un poco más por futbolistas y técnicos hechos en México.

¿Será mucho pedir?

 
 
Twitter: rgomezjunco