El mejor momento de Herrera

Javier Alarcón
en CANCHA


Miguel Herrera está hecho un patrón del vestuario americanista. La credibilidad hacia adentro del plantel, según me enteran, es incondicional.

Ricardo Peláez tiene en Miguel a uno de sus grandes activos, la recompensa perfecta para el ex comentarista por la decisión que tomó para la banca americanista.

Me acuerdo mucho de los cuestionamientos cuando Sambueza fue elegido como un

refuerzo clave por Herrera. Con el paso del tiempo se demostró que en las Finales que perdió, falló la ejecución y las circunstancias, pero no su diseño táctico ni las modificaciones que envió.

Ha modulado su temperamento fuera de la cancha, dentro de ella es incontrolable para bien. Dejó se de ser el blanco de los árbitros, y estos entendieron que se vale vivir así los juegos mientras no reviente un botón, diga insultos o le de un infarto.

Es un personaje indispensable en la Liga de hoy. Explica, se expone, razona, defiende sus argumentos y sonríe. Un condimento para la prensa en plena madurez. Sus jugadores le creyeron, titulares y suplentes se disciplinan a la espera de ser lanzados a la cancha para producir lo mejor de ellos en las circunstancias que sean.

Del Miguel Herrera que se perdió un Mundial por patear a un adversario en el Azteca, ya sólo queda el carácter bien dirigido para pelear en buena lid y defender hasta el grito agónico lo que considera una injusticia o la celebración de un gol. Sus festejos ya son imprescindibles para los fotógrafos o televisión. Son apasionados y legítimos, revelan a un tipo comprometido y en pleno disfrute de su profesión.

Ahora viene un reto importantísimo y poco conocido para él y cualquiera: como administrar una calificación prematura en un medio en el que la urgencia prevalece, en donde el jugador requiere de una buena inercia para mantenerse en "puntas". Como evitar que sueñen en la hamaca sus jugadores pensando que hasta la Liguilla habrá que ir al límite.

Dice que rotará jugadores para que todo mundo sea una furia físicamente a la hora buena. El chiste es que él, y todos sus pupilos parecen desear el segundo título como si fuera el primero. Ya veremos. Por lo pronto es una temporada de ensueño y no se ve cerca en el retrovisor el más cercano perseguidor, aunque en la Liguilla, los objetos y equipos están más cerca de lo que parecen.
 
jalarcon@reforma.com