Liga de lana

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Ninguna Liga tan peculiar como la MX.

Como buen torneo mexicano, aquí suceden cosas que en cualquier otro no podrían suceder.

El director técnico del actual campeón deja de serlo sin que llegue a saberse a ciencia cierta por qué, después de tres jornadas con dos triunfos incluidos en ellas.

Después de cuatro, y todavía disfrutando de la reciente victoria, también se va de la

dirección técnica del Veracruz el entrenador que había logrado mantenerlo en el Máximo Circuito.

En ese caso, aparentemente, por falta de pagos, por esos adeudos que se supone que no están permitidos en esta moderna Liga MX, en la que en realidad ya se sabe que se va permitiendo lo que les va conviniendo en cada momento permitir a quienes la manejan.

Como ese manejo pasa primordialmente por el crisol del dinero, en esta Liga llega a verse también lo que ya vimos en una conferencia de prensa, terminado el partido del reciente domingo, del director técnico del equipo más popular del futbol mexicano, quien apareció tras su propia "tiendita" de fritos, papitas, refrescos, granolas y similares.

Como lo importante es vender, no importa cómo.

Con ese centavero criterio como motor de las decisiones primordiales, a los de pantalón largo les parece normal que se jueguen partidos como aquel entre Chivas y Cruz Azul en la segunda jornada, o el de América vs Monterrey de la cuarta. El primero en una alberca y el segundo en un potrero.

Con los intereses televisivos y de la lana debidamente atravesados, lo de menos es el riesgo que en esas canchas corren los jugadores, por no hablar de la imposibilidad de ofrecer en ellas el adecuado espectáculo futbolístico. Sin ningún árbitro, técnico o dirigente, por supuesto, con los pantalones necesarios para negarse a pitar o a jugar en esas condiciones.

Cosas de esta peculiar Liga MX en la que siempre ha sucedido, y seguirá sucediendo, lo que en ninguna otra.

Cosas, en fin, de esta mexicana Liga de lana.

 
Twitter: @rgomezjunco