Que venga el siguiente

Francisco Javier González
en CANCHA


El anuncio con el que empezamos el fin de semana sigue teniendo consecuencias.

Como cada entrenador nacional tiene buenas y también malas, Juan Carlos Osorio provoca los sentimientos polarizados de siempre: hay partidarios y opositores con el mismo derecho de expresar su opinión.

Lo acontecido en la Copa del Mundo nos volvió a recordar lo que en la silla que ocupaba el colombiano

puede producir en las masas y al mismo tiempo en la crítica. Alabado como bendito tras la victoria sobre Alemania, generó, la animadversión de rigor cuando Brasil nos corta la ilusión.

Es la historia de siempre con el añadido de que la nueva gestión federativa y el hoy ex técnico nacional no se sintieron cómodos para insistir en una renovación que en algún momento fue posible.

El ejército se pronuncia si dos de sus más importantes soldados le entran a la trifulca. Chícharo y Layún se enganchan en el pantano de las redes sociales defendiendo su posición y la de Osorio.

Se empieza a mencionar nombres de los posibles sucesores sin que alguno de ellos parezca hoy demasiado claro.

Antes de que sepamos el nombre del nuevo ungido reparemos en que tras siete Mundiales consecutivos llegando al mismo lugar, tal vez lo de menos sea el nombre del nuevo encargado.

Mejía Barón, Lapuente, Aguirre, La Volpe, Herrera y Osorio tienen un denominador común: son capaces más allá del estilo que cada quien tiene.

La tarea del futbol mexicano a la hora de pensar en el Mundial de Qatar no es solamente la de encontrar un sucesor. Lo más importante es poner en sus manos el mejor material posible para tratar de romper la dichosa barrera del cuarto partido.

Dicho de otra manera, lo que hay que mejorar es el nivel de nuestros futbolistas para que logren en un futuro posible alcanzar una meta mayor que la conquistada hasta hoy.

La Liga MX es buena pero aspira a ser mejor. Y dependiendo de que lo consiga, tendremos mejores futbolistas en cantidad y calidad que compitan más por los puestos mundialistas y que continúen con la exportación de jugadores mexicanos a las mejores Ligas europeas.

Derecho a soñar todos tenemos. Pero también es conveniente después de 7 Mundiales percatarnos del mensaje que el mundo nos reitera: México tiene un lugar en el concierto pero le cuesta pasarse a la primera fila.

Hay otros que son comprobadamente mejores. Osorio tiene más virtudes que defectos.

Cierto que el resultado fue el mismo que el de sus antecesores y que el final feliz por lo tanto se derrumbó.

¿Le tocará a ahora a otro mexicano, a algún portugués, un argentino o un marciano?

En el fondo tal vez eso sea lo de menos. Lo D E M Á S es de quienes juegan, hacen goles y alimentan la ilusión cada cuatro años, son forjados por nuestros clubes todos los días.

Y ellos son los que realmente cuentan.

 
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