Futbol machista

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Sobre todo en el futbol, algunas actitudes decimonónicas subsisten en pleno 2018.

Una de ellas es la escasa tolerancia y la falta de respeto para las preferencias sexuales de cada quien.

En este México homofóbico y machista como pocos, en el ámbito del futbol profesional ambos rasgos han prevalecido desde siempre.

Pero esa retrógrada postura subsiste también, en similar

medida, en el futbol de todos lados.

Así lo indica la supuesta total ausencia de gays en la reciente Copa del Mundo.

Ni los dirigentes, ni los técnicos ni los aficionados, pero mucho menos los propios jugadores, aceptan en su equipo a un futbolista que abiertamente se asuma como homosexual, que "salga de su futbolero clóset"; y por eso nadie sale.

Resulta francamente anacrónico ese enfermizo repudio entre los futbolistas hacia quienes tienen una orientación sexual diferente a la de la mayoría.

A tal grado, que siguen escondidos en ese futbolero clóset muchos jugadores cuyo abierto reconocimiento de sus distintas preferencias en ese renglón sería inadmisible, insoportable sobre todo para sus muy machos compañeros.

¿De veras creen ustedes, estimados lectores, que en el futbol en particular no existe el mismo porcentaje de homosexualidad registrado en la población en general?

¿Cómo creer que como "este juego es de hombres" no hay por lo menos 50 futbolistas gays entre los 736 que asistieron a la Copa del Mundo 2018, o por lo menos 30 entre los 450 de Primera División en México?

¿Por qué no asumir esa simple y respetable preferencia sexual, sin presumirla pero tampoco esconderla, como los demás suelen asumir su propia heterosexualidad?

Simple y sencillamente, porque el homofóbico y machista mundo del futbol todavía no está preparado para permitirlo; en ninguna parte del mundo... y mucho menos en México.

¿Y si mejor se modernizan un poco?

 
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