Hasta nunca, señor Richardson

José Pablo Coello
en CANCHA


El día de ayer las Panteras de Carolina pasaron oficialmente a manos del billonario David Tepper, luego del escándalo que obligó a Jerry Richardson a vender al equipo. El monto de la transacción, 2 mil 275 millones de dólares, es mucho muy superior a los mil 400 millones de dólares que la familia Pegula pagó por los Bills en 2014, y es una muestra del enorme valor que hoy tienen las franquicias

de la NFL.

Para los malpensados, Tepper tuvo que deshacerse del 5 por ciento de su participación accionaria en los Acereros de Pittsburgh ya que en la NFL la multipropiedad está absolutamente prohibida. Y aunque este detalle es de reconocerse y no puede pasarse por alto, es evidente que el castigo que la liga determinó para Richardson es muy poca cosa si se compara con el daño que le causó a sus empleadas y al clima laboral durante el tiempo que estuvo al frente de la organización.

La multa económica de 2.75 millones de dólares pudiera parecer ejemplar en otras circunstancias, sin embargo, Richardson ya era un hombre inmensamente rico antes de vender el equipo, por lo que dicho monto resulta auténticamente ridículo. Por si fuera poco, el ex jugador de los Potros de Baltimore tiene más de 80 años y ya había hecho pública su intención de vender el equipo ante la negativa de sus hijos de hacerse cargo de su operación.

En pocas palabras, a Richardson el comisionado le hizo un gran favor al "obligarlo" a poner a las Panteras a la venta. La economía estadounidense pasa por una etapa de crecimiento, además de que el valor de la liga y de sus equipos continúa en aumento. Luego de más de 20 años de haber llegado a Charlotte con su equipo de expansión, Richardson terminó haciendo el mejor negocio de su vida como consecuencia de su conducta reprobable.

Estoy seguro que muchos querrán recordar a Jerry Richardson con cariño y agradecimiento por haberle dado a Carolina un equipo de la NFL, además de haber colaborado en diversas actividades para mejorar el nivel de vida de los integrantes de su comunidad. Sin embargo, no se puede dejar de señalar que salió literalmente por la puerta de atrás y con la cola entre las patas, aunque Goodell y el resto de los dueños se hayan empeñado en darle una "salida elegante", a todas luces inmerecida.

 
Twitter: @JosePabloCoello