Desenlace mundialista

Francisco Javier González
en CANCHA


El Mundial de Rusia parece una caja de pandora en la que mucho de lo establecido no tiene más lugar.

Un arquero inexperto, que se ha forjado lejos de las luces de la Liga Premier, es el inglés Pickford, que desde Gordon Banks y Peter Shilton buscaba el equipo de los Tres Leones.

Un futbolista de pequeña talla física y otro que pasa por su plena adolescencia son las figuras de una

Francia que ha llegado a Semifinales por quinta vez en sus últimos diez Mundiales. Griezmann y Mbappé, pensando uno y corriendo el otro, son figuras decisivas.

Croacia llega a las Semifinales con unas cualidades técnicas y físicas de excepción. Su gran figura, orquestador y referente es Luka Modric, que se la pasó pegando patadas hace cuatro años en un decepcionante equipo croata que hoy ha crecido bajo su sombra.

Pese a pasar con dos tandas de penales a las altas instancias del Mundial, no desmerece de los demás.

Bélgica, el verdugo de Brasil, es un equipo con mas dotes ofensivas que defensivas. Tratará de echar por tierra aquello de que los campeones son los que dominan el arte de dejar su puerta en blanco.

Hazard maravilloso, Lukaku imponente y un funcionamiento colectivo de relojería, hacen de los Diablos Rojos el equipo que se prometía desde hace tiempo, pero que se cae en los momentos decisivos.

Rusia 2018 ha traído consigo muchas sorpresas. Tenemos que acostumbrarnos a que los más grandes, por ahora, están indispuestos y han dado paso a los demás para que busquen un sitio mejor del que tenían.

¿Qué tanto cambiará el panorama del futbol mundial con lo sucedido en Rusia? ¿Es esto un parteaguas o se trata de un accidente?

Eso, el tiempo lo habrá de resolver. La geografía futbolera está conformada por un sinfín de motivos e igual que las capas geológicas, necesita mucho tiempo para tener cambios definitivos.

Por lo pronto, Rusia ofrece buenos platillos que debemos disfrutar.

El duelo entre vecinos entre Francia y Bélgica debería ser más explosivo que el de croatas e ingleses, pero uno nunca sabe.

Queda claro que el futbol vertical, directo, agresivo, ha sido mejor que el de las florituras de los virtuosos del balón, de los que dependía el funcionamiento de los demás. Hoy todo tiene que ser más gregario: tener virtudes, pero con velocidad, técnica depurada para resolver sobre la marcha y lo más rápido posible.

Los equipos que tenían un estilo de juego más marcado -Alemania, España, Brasil- están fuera. Cabe la pregunta sobre la escuela que viene.

Difícil es pensar en la de cualquiera de los que felizmente sobreviven en la Copa del Mundo para que los demás adopten su estilo, porque no tiene las premisas mas sólidas aún. Rusia tiene aun varias incógnitas que resolver.

 
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