Ya se dio la lista de convocados a la selección de futbol mayor, por fin.
Todos hablan de las cualidades y capacidades de los invitados. Hablan de que se requiere personalidad, que incluya liderazgo, corazón, sacrificio y un poquito de conocimiento de baile de salón. ¿Qué acaso los que fueron citados con anterioridad no lo tenían?
El regreso de jugadores "insignia" en los últimos
15 años, retoman importancia. El señor Vucetich tiene una responsabilidad muy grande. Olvídense de gustar o innovar, lo que se requiere es ganar y punto.
Para eso apela a los principios básicos de competencia: ser un poco mejor que el de enfrente y ya, con eso tiene en estos momentos. Eso implica forzosamente meter un gol más que el rival. Fácil, ¿no creen?.
Ayer me dediqué a escuchar las declaraciones del nuevo técnico, ver cuales argumentos esgrima a su llegada y lo único que pude leer entre líneas fue, como en las vocales y su canción: "primero la A y luego la E".
Recurrir a las bases es lo más inteligente que puede hacer en este momento. Son simples y sencillas: hacer lo que sabes y por lo cual llegaste a ser un jugador profesional elite. Bien parado atrás, sin dudas y con conocimiento del juego.
No hablo de técnica personal, ni de golpeo, ni capacidad físico atlética de alto nivel, hablo de jugadores que entiendan lo que es estar en una CANCHA y tener la capacidad de lectura del partido, eso que sólo te lo dan los años de correr dentro de ese cuadrito verde.
Esos son los jugadores que Víctor busca ahora, no estrellas del futbol profesional.
Se habla mucho también de la cantidad de los naturalizados. Ya no quiero ahondar en ese tema: qué si está bien o que en nuestro país tenemos igual o mayor calidad.
Según entiendo, son mexicanos y punto.
Ahora, no puedo dejar de ver que dentro de la eliminatoria somos el número cinco de seis y eso no tiene nada que ver con nacionalidad ni procesos de naturalización.
Nos jugamos el posible pase a repechaje y el que quiera soñar con calificación directa, que pase a la ventanilla de los ilusos o los románticos perdidos.
Víctor lo tiene claro, trabaja en ello: un partido y luego otro, o nada, así de simple, así de sencillo.
México gana contra Panamá o nos vemos dentro de cuatro años.
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