Tomen su millón 600
La larguísima novela de Gastón Silva y su malogrado fichaje con Pumas tuvo ayer uno de sus capítulos más esperados cuando la justicia FIFEsca falló en contra del cuadro universitario y lo condenó a pagar un millón 600 mil dolarucos al Torino de Italia, club que era dueño de los derechos de este hijito de mamá, quien, si ustedes no lo recuerdan, fue la que se llevó
al baile al cuadro auriazul tras firmar junto con el representante un preacuerdo que no tenía validez oficial y por el que se armó todo este relajo.
Cuando aquí ya esperaban a Silva con los brazos abiertos, resultó que Independiente le hizo ojitos y él cayó redondito, agarró un avión de Europa a Buenos Aires y provocó que ardiera Troya.
Al final, Pumas acabó bailando con la más fea, demandando al jugador y al club argentino, con el resultado desfavorable que se dio ayer.
En La Cantera de CU están tranquilos, porque ya tienen chambeando a Javier Ferrero, especialista en derecho deportivo, quien llevará la apelación al TAS.
De no pasar nada raro, este organismo obligará a Independiente a pagarle al Torino la lana por el pase de Silva. A Pumas sólo le tocará poner unos 50 mil dólares de los honorarios del legista y finalmente podrá olvidarse de una buena vez de una de sus más tristes experiencias en cuestión de fichajes de los últimos años.
Favores futboleros
Las muestras de cariño de los mexicanos hacia Corea y su equipo de futbol me convencieron de que sabemos ser agradecidos.
Pero después, me acordé de cuando ya habíamos fracasado en la Eliminatoria para Brasil 2014 y el equipo de Estados Unidos nos clasificó a la Repesca con un gol de último minuto sobre Panamá.
¿Alguien recuerda cuántos fueron entonces a la Embajada de EU a corear: "¡Gabacho, hermano, ya eres mexicano!"?
Estoy un poco confundido.
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