Lo ideal sería escribir que la selección nacional llega al Mundial como navaja de rasurar.
Que para cuando usted esté leyendo estas líneas, Rusia haya recibido con vítores al equipo nacional que habrá llenado el avión de sonrisas, buena energía, optimismo y que con sus actuaciones nos haya convencido a todos de que el momento de dar el gran paso está cerca.
Nos encantaría decir que
en el Tri no hay ningún conflicto moral. Que lo de la fiesta sí es un tema que se exageró y que no hay necesidad de aclarar nada. Que el Facebook live del "Chicharito" -debutante en las no tan nuevas tecnologías- casualmente sucedió en la víspera del desembarco y tiene nada que ver con una reparación interna en los humores del equipo, dividido en opiniones y manejos.
Nos deberían de ocupar solo temas futboleros: la autoridad del técnico sobre sus dirigidos, la concentración de los futbolistas que sólo piensan en agradar y ganar porque están listos para ello. No en balde es uno de los planteles mas experimentados en Rusia, con mayor número de partidos internacionales en la espalda.
Eso es precisamente lo que puede sacar adelante al grupo, que sabe bien lo que está a punto de enfrentar y además conoce que en los partidos amistosos hay muchas cosas que atender: los minutos concedidos para que los menos activos lleguen en ritmo, evitar lesiones, ocultar al adversario las armas con que va a ser enfrentado...
Todo lo sucedido -y dicho- en los últimos días será usado en contra del Tri. O a favor, para dejarlo en anécdota si las cosas salen bien. Se empleará el lugar común de "tapar bocas" si los resultados acompañan. O el no menos popular "se veía venir" en caso contrario.
Si el plantel está unido, si no hay resquicios, será en provecho del equipo para jugar al máximo de sus posibilidades.
Ellos saben si todo este escándalo, en el que se incluye la decisión de Héctor Herrera de no bajarse del Mundial, podrá ser superado con la única realidad que interesa y está relativamente en sus manos: la de ofrecer una entrega absoluta, una verdadera generosidad de equipo para lograr los cometidos. Para trascender en la última oportunidad que la Copa del Mundo le ofrece a varios de nuestros treintañeros.
De tal manera, si lo que dice el "Chícharo", si el buen manejo de los experimentados y la sapiencia de Osorio para que todos cumplan su papel a cabalidad ayudan a pegar las fisuras de un equipo distraído, todo será bienvenido.
La víspera nos impide hablar solo de futbol, de que llegan afilados como hacha y de que todos estamos confiados por la calidad de las demostraciones exhibidas.
Sin embargo, Rusia 2018 no ha comenzado. Hay tiempo del borrón y cuenta nueva.
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