La Liga MX Femenil parece estar en el punto idóneo como para imprimirle el debido impulso.
Después de dos torneos cuyo éxito estuvo muy por encima de lo esperado incluso por los más optimistas, esperemos que el futbol de las mujeres reciba el debido apoyo de la gente de pantalón largo.
Con el récord mundial de asistencia en un partido femenil, registrado en la reciente Final entre
Rayadas y Tigres, quedó confirmado que ahí hay un magnífico producto futbolístico que muchos aficionados están dispuestos a consumir alegremente.
Pero al mismo tiempo en que se haga lo necesario para que esa Liga se fortalezca como negocio, se antoja indispensable que para las protagonistas del juego también lo sea.
No puede pretenderse que en esta incipiente Liga las mujeres cobren lo que suelen cobrar los hombres, pero tampoco es admisible que la diferencia sea tanta.
Recibir como sueldo mensual entre 3 mil y 15 mil pesos luce como un franco menosprecio hacia las futbolistas, hacia mujeres que se distinguen por ser las mejores en lo que hacen.
Para que eleven su nivel de juego es indispensable que se les pague lo suficiente como para dedicarse de lleno a su actividad. Profesionalizar paulatina pero verdaderamente al futbol femenil.
Como parte de esa profesionalización deberían abrirse, también, más lugares para jugadoras mayores de 23 años.
Propiciar y promover la llegada de más futbolistas como Nayeli Rangel, ahora en Tigres. Por lo que podrían enriquecer a esta Liga Femenil jugadoras de nivel de Selección Mayor, como Charlyn Corral, ahora en España. O Cristina Ferral, que juega en Francia; o Natalia Gómez Junco, jugadora y directora técnica actualmente en Islandia.
Primero, ir incorporando a las jugadoras mexicanas de élite, al margen de la edad que tengan. Y después, pensar incluso en abrir una o dos plazas para jugadoras extranjeras.
Cuestión de pensar un poco en el largo plazo, de fortalecer un magnífico producto de consumo... y de ser más justos con ellas.
Twitter: @rgomezjunco
