Señoras y señores, el tiempo pone a cada uno en su lugar. Las décadas van pasando y los fracasos se van almacenando. El tiempo pasa y las promesas de Justino Compeán, un empleado de la televisora en el poder, no dicen absolutamente nada.
Justino dice que reunió en su casa a los directivos y a José Manuel de la Torre y que apoyado por alguien -de más arriba por supuesto, porque él no
decide absolutamente nada- decidió que el "Chepo" continuara. De la Torre es un buen entrenador, caprichoso, prepotente, soberbio, con poco carisma ante la prensa y que sabe que la Selección o caminaba bien o debía irse.
¿Cuántas columnas le dediqué aquí al "Chepo" diciéndole que aquellos que lo alababan, que aquellos periodistas que lo idolatraban, hoy son los primeros en darle la espalda? Y finalmente el hombre que maneja el futbol le dio una patada para que se fuera a su casa. Y Luis Fernando Tena, un hombre sin gran personalidad, pero que sabe de futbol cancha y tiene mejor contacto con el futbolista y con la prensa, o es el héroe o termina hundiendo la nave.
¿Cuántas veces comentamos que a la Selección sólo se deja de ir por lesión o por problemas físicos? Nunca por caprichos. "No quiero ir si no soy titular", palabras de Guillermo Ochoa, de Carlos Vela. Y no siempre la trayectoria de un jugador, aun en el extranjero, es positiva, generalmente han sido regulares para abajo. El mismo "Chicharito" atraviesa un problema grave: no tiene ritmo de futbol.
El equipo nunca se entrenó, nunca hubo responsabilidad, compromiso, y eso va más allá de la cancha. Tres empates en el Azteca y una derrota ante Honduras, jugando 10 minutos bien y 80 mal, una Selección a ese nivel no puede aspirar más que a la Repesca o a clasificar de milagro en el tercer lugar.
En Columbus el Tri nunca ha ganado. Estados Unidos llega herido y Marco Rodríguez se encargó de herirlo más, un árbitro mexicano para EU previo a su duelo ante México, solamente a los "concacafquianos" se les ocurre.
La base del éxito y el futuro de esta Selección está ahora en los jugadores y en Tena. Ni Justino ni Iñárritu -quien no ha servido para nada- pueden hacer algo, sólo que compren los partidos. ¿Qué tiene que hacer México? Ganar o al menos sacar un punto. Con cuatro o cinco clasificaría directo, con cuatro estaría en Repesca.
Basta ya de hartarse de ganar dinero y de colonizar tardíamente el futbol mexicano. Esta Selección tan venerada por muchos no ha servido. México tiene que cerrar filas para sacar los puntos para ir al tercer lugar o al repechaje, hasta ahí, no da para más. Ése es el valor del compromiso.
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