El Toluca del jueves en Tijuana parecía dormido. Así como el Santos Laguna de la primera media hora en el Azteca estaba anestesiado. No tenía emociones. Era un equipo que parecía de cartón.
Pero todos los partidos, y todas las series de una Liguilla, se deciden en 180 minutos.
No importa que haya lucidez un rato si no se mantiene una ventaja en el marcador que pueda
trascender.
Tampoco que, como en el caso de Xolos, haya pasado por encima del adversario en el partido de ida si no es capaz de por lo menos terminar con once hombres el de vuelta.
La tabla de la última jornada sorprendió a Santos en el cuarto lugar porque tuvo resbalones impensados en la recta final del torneo y parecía desvencijarse. Pero los datos son contundentes. Junto con los Diablos, fue el equipo que más tiempo durante la campaña se mantuvo entre los primeros dos sitios.
La Final que se juega entre jueves y domingo es la que merecía la Liguilla.
América parecía tener cómo darle la vuelta a un marcador imposible, pero la genialidad de Jonathan Rodríguez -uno de los más capaces de nuestra Liga para ser genial- le puso las piernas temblorosas.
El equipo de Miguel Herrera nunca volvió a ser el mismo que saltó al terreno de juego. Mucho menos en la segunda parte, en la que el control nervioso fue recuperado por los santistas para terminar de matar el sueño y proclamarse finalistas.
Las noches mágicas del Azteca no tuvieron esta vez réplica, por mucho que como bien reconoció Miguel Herrera en la conferencia de prensa, tenía que arriesgar. Es cierto. Los destrozos de la ida fueron demasiados y ya no los pudo resarcir su motivado pero impreciso equipo.
Toluca y Santos habrán de definir al campeón mexicano previo al Mundial. Significativo es que habiendo dominado gran parte de la campaña, haya solamente un jugador por bando que debe estar en la lista que hoy dará a conocer Juan Carlos Osorio: Alfredo Talavera de los Diablos y Néstor Araujo de Santos Laguna.
El "Gallito" Vázquez y Javier Abella -por citar a dos laguneros- no han estado nunca en el radar del técnico nacional y su llamado sería una gran sorpresa pese a que tienen su club de fans.
El Toluca centenario y el Santos, protagonista de la nueva ola, deben entregar una Final memorable porque tienen jugadores con calidad, capaces de ganar el cetro y de dar un buen espectáculo.
Los Diablos cerrando en casa tienen la ventaja que ello concede. Pero nadie garantiza que no se vuelva a dormir en su visita como le sucedió en la frontera. Ahí se salvó porque alguien desde allá arriba -o desde abajo tal vez- decidió echarle una manita.
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