Adiós sin nostalgia

Francisco Javier González
en CANCHA


Las despedidas suelen ser tristes pese a que al equipo que desciende de categoría no le dio tiempo de formar afición, generar afectos y mucho menos, fundar tradiciones.

No fue Lobos BUAP siquiera una de esas camisetas añoradas en la Liga MX a la que la ausencia no haya podido hacer olvidar como hubieran podido ser la del Necaxa en su momento o la del Atlante y Zacatepec ahora.

La

franquicia es nueva y entusiasta pero de un éxito tan prematuro que al cabo de un año vuelve a la División de Ascenso con pocas posibilidades de repetir su hazaña porque en su círculo las prioridades son otras.

Lobos BUAP no tiene una infraestructura humana y económica propicia para la aventura que emprendió. El plan le quedó grande como a la mayoría de los clubes que logran el ascenso.

Siete equipos de 23 que han sido campeones han podido mantenerse en Primera División de manera estable desde 1994-95 en que se jugó el último torneo largo en nuestro País.

Pachuca, que fue rescatado del olvido; Tigres, que mantuvo plantel de primera para regresar de inmediato de un descenso; León, Puebla y Necaxa, que ya eran franquicias históricas cuando sufrieron la desgracia de bajar y el viacrucis de subir no eran equipos nuevos.

Veracruz, con compra venta de franquicias, es también un caso aparte.

La única franquicia que siendo nueva tiene un buen proyecto y ha logrado además de la estabilidad, un título, es la de Xolos de Tijuana.

Nombres como los de Celaya, Dorados, Irapuato, Curtidores, La Piedad e Indios son sólo evocativos. O los de Correcaminos y UdeG en sus versiones modernas, que no han hecho huesos viejos.

Cuesta trabajo establecerse, tener continuidad y generar éxitos constantes. Varios de esos equipos tuvieron algún momento lúcido, pero terminaron siendo pasajeros.

En México, la Liga recibe pelando los dientes al equipo que asciende: es sólo uno al año, con un reglamento que no lo ayuda a adaptarse y exige cada vez una mayor infraestructura para tener derecho a ascenso.

En Europa hay hasta tres ascensos por año en las Ligas importantes, pero tampoco suelen jugar un gran papel quienes los logran.

En España, por ejemplo, de los ocho equipos que más ascensos han logrado, cuatro actúan hoy en día en la Primera División, pero dos de ellos están en puestos de descenso seguro.

La Liga de Ascenso tiene pocos históricos y por lo tanto escasez de posibilidades de verdadero éxito.

No es ocioso pensar si hay que resignarse o pensar en que, como en las grandes universidades del mundo, pocos son los que tienen los méritos.

Despedimos a Lobos con el afecto por las personas, pero sin el apego a la camiseta, que pasó como una más.

 
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