Sí vale ser primero

Francisco Javier González
en CANCHA


Ser líder general en el futbol mexicano sirve de poco para efectos prácticos. Además de que existe una extraña maldición que les condena a que el viento nunca les sople a favor en la Liguilla, se supone que la posición les atrae una presión nociva contra la que muchas veces no pueden.

Lo que en casi cualquier torneo del mundo significa ser campeón, en México sólo es el asiento en primera

clase para el viaje hacia destino desconocido en la serie final por el título. Sin embargo, deberíamos ser menos pragmáticos en el juicio y darle el valor que tiene ser el mejor a lo largo del torneo regular. Además de garantizar el juego de vuelta en casa en cualquier fase de la serie final, representa un golpe de autoridad que merece el respeto de los demás.

Rayados y Xolos en los últimos cuatro torneos se han dividido dos lideratos generales cada uno para llegar a la Liguilla y han fracasado en el intento de dar la vuelta olímpica. Y si vamos hacia atrás, veremos que en los últimos 12 torneos solamente dos líderes -América y Santos Laguna- han podido empatar ese logro con el del título.

Toluca ocupa hoy la punta con 2 componentes notables: liga 7 victorias y 4 de ellas han sido como visitante. Que hasta Ángel Reyna haya anotado un golazo para derrotar a los siempre temibles Tigres quiere decir que la traen derecha: juegan bien, ganan bien y entusiasman con su franquicia centenaria a su púbico exigente y lleno de apetitos vencedores: recordemos que es uno de los equipos más ganadores de títulos en la historia.

Visitar a Monarcas, recibir a Veracruz y cerrar en la cancha de Xolos no le garantiza terminar en el puesto que hoy ocupa porque una brava jauría le persigue con los colmillos afilados.

Santos sigue haciendo una espléndida campaña por mucho que resolvió en los últimos 15 minutos un partido más duro que la voz de su marcador frente a Querétaro.

América y Tigres se alejaron más, y parecería que la cima del torneo ya es cosa de aquellos dos.

Quitando supersticiones, tendencias o antecedentes, ambos equipos tienen que buscar la excelencia y para eso hay que ser el mejor; terminar por encima de todos los demás y luego planear su Liguilla.

Ambos, clasificados aritméticamente para La Fiesta, no dan lugar a reproche. Si hay clubes que nadan de muertito hacia la Liguilla y luego despiertan en ella, es válido porque así lo marca el sistema.

Pero eso no quiere decir que a reserva de descifrar el misterio del liderato general, hay quienes parten como favoritos en la serie final y esos son ahora Toluca y Santos.

Merecen el reconocimiento y aplauso que gana la excelencia.

 
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