El cese de Rafael Puente del Río

Félix Fernández
en CANCHA


La sorpresa tras el despido de Rafael Puente como director técnico de Lobos BUAP, a tan solo cuatro jornadas de finalizar el torneo, fue generalizada. No por los números, que en el actual torneo son terribles, más bien porque ha sido el responsable de mantener viva la esperanza de salvación, en un equipo que se encuentra muy por debajo del presupuesto de cualquiera de los otros 17 que conforman

la Liga MX (muy por debajo). Por ejemplo, Necaxa invirtió aproximadamente 10 millones de dólares tras su más reciente ascenso, Lobos un millón y el resto fueron préstamos que el propio Puente consiguió, principalmente de Tigres, con jugadores que han sido determinantes para obtener los puntos que hasta ahora tienen en los dos torneos.

Lobos BUAP es uno de esos casos atípicos que, contra todos los pronósticos, lograron el ascenso (sin estar preparados para ello en ese momento) y uno de esos muy pocos equipos que no cuentan con afición activa... ni pasiva. No hubo una campaña de real acercamiento hacia el equipo por parte de la Universidad, quizá como sucedió en su tiempo con los Tecos. Sus 23 puntos en el Apertura fueron admirables por donde se vea. Triunfos y derrotas bajo la idea de: matar o morir, que para este torneo fue modificada mediante una posibilidad más conservadora en algunos partidos, en la que los empates fueron bien vistos.

La directiva de Lobos decidió súbitamente cesar a Puente, ya dijimos, con sustento para hacerlo de acuerdo a la baja productividad reciente. Lo que llama mucho la atención es que su alternativa para tomar la dirección técnica sea... ¡El mismísimo auxiliar técnico del entrenador destituido!

Veamos: si se despide a un director técnico, por lógica se pretende un cambio... ¿Cómo se puede pensar que ese cambio llegará si se le otorga la nueva dirección técnica al auxiliar del entrenador recién destituido, en el entendido de que ex asistente y ex técnico concuerdan en la misma idea futbolística?

Hay sólo dos opciones: o el auxiliar técnico en realidad no congeniaba con el técnico que le invitó a trabajar (y no se lo hizo saber)... o el auxiliar técnico manejó un doble discurso con la directiva, para quedarse con el puesto principal de entrenador. Ambas posturas mal vistas.

Lo cierto es que un plantel es muy sensible a este tipo de acciones e, independientemente de si el equipo se salva o no, el club evidentemente no actúa en reciprocidad con el gran responsable del éxito licántropo.

La razón por la que aseguramos estos días, tras el despido, que Rafael Puente Del Río muy pronto tendrá trabajo en Primera División como director técnico, no es su personalidad tan frontal, su admirable facilidad de palabra ni su arrojo al encarar cualquier rival por poderoso que sea. No, el motivo es que en México hacen falta técnicos jóvenes (o no tan jóvenes pero sí frescos) y nacionales que transmitan pasión y entrega.

Paco Palencia, "Chiquis" García, Jaime Lozano o Roberto Hernández son algunos ejemplos de una nueva generación que hace un real intento por destacar y cambiar viejos vicios. Ninguno como Puente tomó un equipo con tanta desventaja y lo llevó tan lejos con tan poco. Evidentemente esta historia continuará.

 
Twitter: @FELIXATLANTE12