San Cadilla
en CANCHA


¿Cuáles penas?

 
Vaya que si Edgar Méndez tuvo un momento de tristeza o reflexión por la derrota de Cruz Azul ante América el sábado pasado fue muy pequeño o de plano no existió.

El delantero celeste, quien fue el autor del gol en el descalabro 2-1, prefirió dejar la desolación de lado y para ello se fue el domingo con sus amigos a Six Flags para disfrutar de los juegos

mecánicos y de destreza.

En realidad el plan de ir al parque de diversiones ya estaba armado dado que en México se encuentra un amigo de Méndez que vino de España y al cual le está echando la mano para conocer diversos lugares turísticos de la Capital.

Al menos esperemos que Edgar la haya armado mucho mejor en Six Flags que en el Azteca donde dio una nueva muestra, junto a La Máquina, de que nada más no se ve la luz en este torneo.

 
 
Un aumentito...

 
Ese dicho que dice: "haz el bien, sin mirar a quien" lo está aplicando mucho la directiva del América.

Me contó un pajarito que Lucero Cuevas, la flamante campeona goleadora y estrella del equipo femenil de las Águilas, andaba batallando en las últimas semanas para desplazarse de su natal Cuernavaca hacia la Ciudad de México.

No es que saliera tarde, o que se quedara dormida, sino que "Luz" debía tomar el camión en la central, como cualquier mortal, y soplarse al menos una hora y media de camino antes de llegar al Nido de Coapa para ponerse a las ordenes de Leo Cuéllar.

Eso sin mencionar que la señorita Cuevas, como otras tantas jugadoras, debe cumplir en la escuela además del futbol.

Alguna alma caritativa se enteró de la odisea que pasaba la delantera a diario y abogó para que esta recibiera un aumento de sueldo que le ayudara en este problema de los traslados.

No sé si la ayudadita le sirvió a Lucero para comprarse un carro, pero lo que sí es verdad es que la alivianó y bastante.

 
 
La patria llama
 
 
Pese a que hubo un gran alboroto provocado por medio centenar de fans de Necaxa que fueron a recibir al equipo para la visita a Pumas de este fin de semana, a mi compadre Brayan Beckeles la vida le cambió cuando se topó con un paisano suyo que portó con orgullo la casaca hondureña para ir a ver al zaguero al Aeropuerto de la Ciudad de México.

A pesar de que los necaxistas no dejaron que el número 2 se fuera de largo, a Beckeles, que repartió fotos y autógrafos sin ningún problema a toda la banda, le salió una sonrisa de oreja a oreja cuando vio el jersey bicolor. Es más, a partir de que se encontró con el aficionado hondureño se la pasó platicando con él y caminando rumbo al autobús que los lleva al hotel de concentración, a tal grado de que los necaxistas mejor se desentendieron de Brayan para buscar otra rúbrica.

No cabe duda que cuando la tierra llama, no hay otra pasión que la haga de lado.

 
Mail: san.cadilla@reforma.com
 
Twitter: @SanCaReforma