¡A la cáscara!
"Atlas, ¿cómo le hago para invitar a Henríquez a jugar futbol 7 los jueves?".
El anterior fue el comentario irónico de un aficionado rojinegro, a través de su cuenta de Twitter, durante el partido de ayer en Veracruz.
Entiendo que los Zorros son un equipo, pero el "refuerzo" Ángelo Henríquez nomás no da una y ayer, en el partido más importante del
semestre, falló un remate de gol solo y con la portería abierta. En serio que hasta mi primo el gordito la metía.
La intención de los aficionados es invitarlo a jugar a barrio no precisamente para convivir ni para que les haga un paro, si no con la idea de que repita la fórmula de Alexi Gómez, a quien le rescindieron el contrato luego de que circularon sus fotos echando cáscara con un equipo amateur de la Ciudad.
El torneo del Atlas es malo y lo que le sigue, y a estas alturas no está al borde del Ascenso MX porque el Veracruz le echa la mano de forma involuntaria.
Digo, hasta eso el presidente Gustavo Guzmán ha aceptado que los refuerzos han sido malitos y los pone como errores que ha contribuido a un semestre negro.
En palabras de Guzmán, Henríquez es un "súper muchacho". Lo malo es que eso no le ayuda a los Rojinegros, que más bien necesitan un delantero decente.
Lo rescatable para el Atlas es que tendrá un par de semanas para limpiar la mala energía, porque en una de esas los Tiburones les sacan un susto y para qué quieren.
Alerta amarilla...
Días de examen
A los seleccionados mexicanos que enfrentarán a Islandia y Croacia más les vale haber hecho la tarea o tendrán que vérselas con Juan Cambios Osorio.
Al técnico colombiano no se le va una, mucho menos si está convencido de que su famoso plan de acompañamiento puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en la Copa del Mundo.
"Libretitas" no sólo está al pendiente de que los futbolistas ingresen al sistema digital en el que realizan ejercicios y pruebas para mejorar en el plano atlético, sino que incluso tiene una metodología para cerciorarse de que estén siguiendo dicho programa al pie de la letra.
En la última concentración, aquella para enfrentar a Bosnia-Herzegovina, Osorio le jaló las orejas a uno de los futbolistas porque detectó que eso del plan le entró por un oído y le salió por el otro.
Habrá que estar al pendiente esta semana si no sale otro que ponga en riesgo su presencia en Rusia por evitar la fatiga.
Internacional
Como se habrán enterado, Ravel Morrison fue llamado a la Selección de Jamaica y dirán: ¿y cómo por qué?
El pateabalones del Atlas, nacido en Inglaterra, posee la nacionalidad jamaiquina por su papá, que es originario aquellos lares.
Morrison podría jugar con los Reggae Boys porque sólo participó en las Selecciones menores inglesas y tendría que cumplir con un papeleo para jugar en la de la Concacaf.
Lo curioso es que ahora hasta canta música de Bob Marley, porque en 2013 había sido tentado por los caribeños pero dijo: "Cof, cof... no, gracias". Entonces jugaba para el West Ham y prefirió usar su nombre en lugar de su apellido en la camiseta porque tenía una mala relación con su padre.
Ahora que Inglaterra no se peleará por llevarlo a la Selección mayor, podrá buscar jugar en un Mundial, pues tiene 25 años y en Qatar 2022 tendrá 29.
Igual y llega.
Malos hábitos
Dejen les cuento que el fin de semana me di una vuelta por el Atlas Colomos para disfrutar del Clásico Tapatío de la Liga MX Femenil, en el que los asistentes, en su mayoría, son las familias y amigos de las jugadoras.
Ya sé que por definición el Atlas-Guadalajara despierta pasiones, agarrones y demás, pero no dejó de sorprenderme que en las tribunas se recordaran mutuamente el odio al rival, con gritos despectivos y cantos de barra, además de burlas a Norma Palafox, de las Chivas, cuando salió lesionada: "Llora, llora, Palafox", le gritaban a coro.
Lamentable, a la Liga MX Femenil llegó la costumbre de ofender al rival más que apoyar al propio equipo.
Ahí va el ambiente familiar.
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