¿Luz al final del túnel?

José Pablo Coello
en CANCHA


Los Browns han sido el hazmerreír de la NFL desde hace muchos años. No tienen una temporada ganadora desde 2007; no han jugado en postemporada desde 2002; no han ganado un partido de Playoff desde 1994 y la última vez que conquistaron un título fue en 1964, un par de años antes del inicio de la era del Super Bowl. Y aunque la historia del equipo ha estado plagada de fracasos en las últimas

décadas, nada es comparable con lo que esta franquicia ha vivido en los últimos tres años. Y es que nunca, en toda la historia de la Liga, un equipo había ligado dos temporadas con tan solo un triunfo, y tampoco se había tenido una escuadra con cuatro victorias totales en tres campañas consecutivas.

La ciudad de Cleveland se ha cansado de esperar que cambie la suerte de sus amados Browns, que han dejado pasar a jugadores como Carson Wentz, DeShaun Watson o Dak Prescott, para seleccionar a DeShone Kizer, Cody Kessler y Johnny Manziel, por hablar sólo de la posición de mariscal de campo.

Sin embargo, tras la llegada de John Dorsey al puesto de gerente general, el equipo parece tener elementos suficientes como para aspirar a dejar de ser una escuadra mediocre en el corto plazo. De entrada, cuentan con mucho espacio por debajo del tope salarial y con una larga lista de selecciones en el Draft del próximo mes. Además, Dorsey ha empezado a mostrarse como un ejecutivo agresivo con las contrataciones de Jarvis Landry, Damarious Randall y Tyrod Taylor. Landry y Randall son opciones muy competitivas en sus respectivas posiciones, y si bien es cierto que Taylor puede no ser un mariscal de campo de élite, seguramente será una opción aceptable para prepararle el camino al mariscal de campo del futuro. Si sumamos la presencia en el roster de jugadores talentosos como Josh Gordon, David Njoku y Myles Garrett por citar sólo algunos, es indudable que el equipo parece estar caminando en la senda correcta.

Aun así, todo parece indicar que buena parte del futuro del equipo podría estarse definiendo durante el Draft a celebrarse en Dallas. Y es que está claro que tener la primera y la cuarta selección global es una oportunidad, pero es también un reto formidable. Si Dorsey y los suyos aciertan, la franquicia podría vivir un punto de inflexión histórico. Pero si las apuestas que hagan el 26 de abril no terminan funcionando, las expectativas que ha generado la organización en las últimas horas podrían venirse abajo muy pronto.

 
 
Twitter: @JosePabloCoello